Por casualidad, desayunando en un bar de Málaga, sonaba una musiquilla de la película «Dos hombres y un destino» en la llamada del móvil de la anciana de la mesa de al lado. Hacía un anómalo calor post membrillo y en la portada del periódico dos mujeres sobresalían de la foto: Soraya y Cospedal…

Gotas cayendo

Por qué a una se la llama por el nombre y a la otra por el apellido, pensé. El móvil de la anciana no dejaba de sonar, absorta en su café con churros, o quizá ese aparente desdén sólo era consecuencia de una hipoacusia propia de su avanzada edad. La melodía (incluida en la BSO firmada en 1969 por Burt Bacharach para la película de George Roy Hill, con Paul Newman y Robert Redford) era de la canción Raindrops keep fallin' on my head, algo así como Gotas de lluvia cayendo en mi cabeza. Imaginé tarareándola de la mano a las actuales vicepresidenta del Gobierno y ministra de Defensa, pero como que no. Rajoy ha puesto en el Gobierno a dos mujeres que compiten por embridar el PP de forma distinta y con gente distinta. Y el título de la peli me dio el juego del título de esta página de hoy…

Soraya y Cospedal

Aunque nada suele ser tan simple. Soraya Sáenz de Santamaría deja de ser la portavoz del Gobierno pero se convierte como responsable territorial en la negociadora más delicada de esta legislatura con Cataluña y con el PNV (el partido que gobierna también en minoría en el País Vasco del que hacen falta los votos para aprobar los presupuestos) Y cabe no olvidar en este sur nuestro que también se convierte por un lado en interlocutora de Susana Díaz, el expeditivo freno de Pedro Sánchez, y por otro en un hombro amigo del líder del PP andaluz, Juanma Moreno, a quien no le sobran hombros para ejercer su liderazgo del partido en Sevilla. La patada hacia arriba de Juan Ignacio Zoido al ministerio del Interior, hombre y hombro de Cospedal, puede ayudar a Moreno en su legítimo empeño. Pero también reforzar a Cospedal en el Gobierno, donde le ha sido dado un ministerio isla para que no tenga injerencias de la vicepresidenta, pero demasiado periférico del deseado ojo del huracán político. Y hay cuatro ministros andaluces (Dastis, Montoro, Fátima Báñez y el mencionado Zoido), algo muy poco habitual -ninguno malagueño-…

Semanando Málaga

Algunos seguían haciendo cábalas sobre el ministrable alcalde malagueño, Francisco de la Torre, a pesar de que éste no muerde ni de lejos la envenenada manzana de su «sucesión» popular en el Ayuntamiento. El alcalde anda ahora ocupado en regalar titulares a la prensa que se entusiasma con el enfrentamiento institucional (que no es lo mismo que territorial). Tras conocerse los discretos resultados de público y beneficios por entradas de museos estrellas como el Pompidou, el alcalde ha reforzado su idea de Málaga como multiespacio museístico pidiendo una ampliación del Museo Picasso -titularidad de la Junta- en el tristemente abandonado edificio del antiguo colegio de San Agustín -titularidad del Gobierno-. Una pirueta característica del primer edil que pone a brincar algunos titulares…

Semanando Málaga

La apuesta museística en Málaga, valerosa aunque también costosa y por tanto arriesgada, hay que analizarla con sensibilidad y datos. Hay que exigir a los gestores que los museos sean más visitados. Pero no hay que rasgarse las vestiduras cuando, al comparar con otras apuestas similares en otras provincias españolas, nuestras cifras están por encima y los costes por debajo. En Málaga hace años que había que hacer algo (había que hacer mucho y mucho queda por hacer). Y se ha hecho. La ciudad es mucho más atractiva para quienes deciden visitarla con el Pompidou y el valioso museo Ruso (sumados a la casa Natal y al Picasso y al CAC y al Carmen Thyssen y a los que ya había y al de Bellas Artes ya por venir), aunque nuestras visitas turísticas aún tengan una media de dos días de pernocta. En parte por eso, al elegir dónde ir sigue siendo la catedral uno de los lugares más visitados. Pero la Málaga que se ve por la ventana de internet con toda su oferta museística, junto a su luz y su gastronomía y sus tradiciones y su Festival y su AVE y su aeropuerto y su clásico de sol y playa, es una Málaga mejor. Por ello quizá sea aún pronto para concluir los resultados de la apuesta, aunque haya que seguir vigilándola…

Dentro y fuera

Quienes somos críticos con nuestra ciudad, y es nuestro deber, en ocasiones lo somos mucho más que quienes nos visitan desde otra. Para amigos míos de Madrid el salto de Málaga les parece espectacular, por ejemplo. El Muelle Uno, sin ir más lejos, les «flipa», aunque siga siendo un quiero y no puedo no del todo resuelto. Y desde otras ciudades andaluzas se nos ve con envidia. Pero vamos a dejarlo, por ahora... Porque hoy es Sábado.