Las esperadas lluvias han llegado con fuerza a la provincia. La ciudad se contempla en el reflejo de los charcos, otorgándose una luminosidad plomiza con un semblante calmo por el fluido anhelado y con la expectación de volver a iluminarse para las fiestas de Adviento, las cuales dan comienzo este domingo, invitándonos a unos días alegres y, al tiempo, reflexivos, caracterizados por una expectativa vigilante ante la venida del Redentor, fechas marcadas por el regreso.

Al igual que con la llegada de la lluvia, esta semana la urbe se ilumina también de luces con el encendido del alumbrado de Navidad. Hasta aquí todo lo habitual por estas datas; básicamente la misma decoración de calle Larios con respecto al pasado año, parodiando un cielo estrellado. Sin embargo, a partir de mañana vamos a vivir nuevas experiencias psicodélicas, al observar y oír la gran novedad que el Ayuntamiento presenta como «una iniciativa pionera en Europa». El Consistorio ha apostado esta añada por mezclar música con luces para exhibir un espectáculo de luz y sonido más apropiado para la inauguración de un casino en Las Vegas.

Las innovaciones son necesarias, totalmente de acuerdo; la cuestión se plantea cuando por buscar originalidad se pueda perder la esencia de estas festividades señaladas por unas costumbres, hábitos y acervo tradicional, las cuales se enmarcan dentro un lienzo más clásico y armonioso.

Si hablamos de equilibrio, en estas jornadas de retornos, la buena nueva la dicta la apertura, por fin, del Museo de Málaga el próximo día 12 de diciembre. La recuperación de la Aduana y el poder disfrutar de sus fondos: más de 15.000 piezas arqueológicas y 2.000 referencias de Bellas Artes, hacen que la larga espera merezca la pena.