Fotografías de Rita Barberá, por Diego Mas Mas

Hay fotografías demoledoras. Como la que muestra a Rita Barberá, para la que hoy su partido pide respeto, en las que se la ve haciendo la pipa, burlándose desde el balcón del Ayuntamiento de Valencia, de las víctimas de la tragedia de su tren, con una crueldad increíble. O las fotos que la muestran exhibiendo un bolso lujosísimo, símbolo de la corrupción récord de sus colegas del partido. O las tan recientes imágenes suyas ante el juez, declarando que ella regalaba dinero, subvencionaba a su partido, contra toda evidencia de lo contrario. Tanto, tanto apestaba ya que el mismo PP, en una especie de “damnatio memoriae” en vida, tuvo que echarla de su partido para intentar salvar los muebles. Pero ahora, en un increíble gesto de cinismo -queriendo aprovecharse hasta de los muertos, como otra asociación que no quiero ni nombrar- declara que ella era víctima del acoso de otros partidos, siendo “una mujer honesta” (Cospedal). Incluso ha orquestado en el Parlamento un homenaje político, un minuto de silencio, acto que negó incluso al morir personajes tan decentes como Labordeta. ¿Cómo es posible que el país haya caído tan bajo como para votar, o permitir que gobierne, a esos autodenominados “populares”?