Ya casi están a punto de finalizar las primeras fases de las competiciones provinciales en baloncesto. Por suerte, en Málaga se inscriben en algunas categorías un número muy alto de equipos. En esa primera fase, se compite en grupos de cuatro equipos todos contra todos para dilucidar cuáles son los equipos vencedores de esos grupos y encuadrarlos en la fase de Campeonato de Andalucía. Los equipos que no consiguen ser primeros se agrupan en otras competiciones en función de su clasificación para intentar que compitan equipos del mismo nivel técnico durante el resto de la temporada.

Los grupos de esta primera fase se deciden mediante un sorteo en el que hay cuatro bombos de equipos por nivel y el nivel más alto son los cabezas de serie. Cada grupo de la primera fase estará compuesto por un cabeza de serie más un equipo de cada uno de los tres bombos restantes y el último bombo corresponde a los teóricamente equipos más débiles.

Por ese motivo en estas fases previas se enfrentan equipos muy potentes, favoritos a participar en la fase de Campeonato de Andalucía, contra equipos muy débiles. Esto provoca que haya enormes diferencias en el marcador, que se ganen partidos por 50 puntos de diferencia. Y eso gracias a que cuando se llega a esa diferencia ya no se apuntan más puntos en el acta oficial del partido. Leo a muchos entrenadores que se quejan en redes sociales por esto. Unos porque sus equipos son muy superiores y ganan partidos que no les sirven para nada. Y otros porque pierden partidos por diferencias enormes que tampoco les sirven para nada y tienen que ver a sus jugadores sufrir por no tener la posibilidad de tirar siquiera a canasta. Todo verdad y razonable. Pero para decir esto debemos saber primero que este modelo de competición está votado y aceptado en una reunión previa en la que participan presidentes y directores técnicos de todos los clubes. Y segundo, y más importante, tenemos que saber cuál es el motivo de organizar la competición así. Y ese motivo no es otro que algunos entrenadores, o clubes, con equipos con un nivel suficiente como para competir en la fase de Campeonato de Andalucía, preferían inscribir a sus equipos en otras competiciones menores con el afán de ganar.

Es decir, si tenemos que soportar todos estas primeras fases es por si hay algún entrenador que no es honesto y prefiere ser el campeón de los más débiles en vez de competir con los mejores teniendo equipo para ello. Se hace así porque esto ha pasado y lo que se pretende evitar es que vuelva a pasar.

Una vez que no tiene solución y hay que pasar el mal trago de tener que jugar partidos que no valen para nada para unos y otros, me planteo si todos podemos hacer lo posible para que ese desagradable partido que tienen que soportar algunos niños y sus entrenadores sea lo mas liviano posible. Todos los entrenadores podemos evaluar en la rueda de calentamiento previa a un partido si tu equipo tiene un nivel muy superior al contrario. Seguro que puedes valorar si vas a ganar el partido por una diferencia muy amplia. Parto de la base de que respeto enormemente la decisión que tome cada entrenador. Cada uno es libre de hacer lo que crea conveniente con su equipo y cómo educar a tus jugadores. Pero por muy claro que me lo expliquen no puedo entender aquellos entrenadores que saben de antemano que van a ganar fácil un partido y ponen a su equipo a defender a toda la cancha presionando como si les fuera la vida en ello.

Ganan el partido por esos 50 puntos dichosos de la misma manera que lo ganarían si esperaran al rival en media cancha. La diferencia es que presionando no permiten al rival ni pasar de medio campo, no tienen posibilidad de botar, pasarse y mucho menos tirar a canasta. ¿Qué buscamos con esta forma de proceder? Mi gran duda sobre esto es si ese mismo entrenador que hace a su equipo presionar cuando sabe que su equipo es muy superior presionará igual cuando el rival sea mejor o echará a su equipo para atrás. Lo que espero es que por lo menos no le moleste que el equipo superior al suyo le presione como él hace frente a los débiles.