Bruselas como destino de moda. La presidenta de la Junta, Susana Díaz y Moreno Bonilla, presidente regional del PP, viajan a la capital comunitaria. Ella se entrevistará con comisarios socialistas y él con conservadores. Patochada time. No ya porque los comisarios hagan a los presidentes de regiones un caso tendente a cero, sino porque ella lo hace para darse pátina de estadista, ahora que aspira a dirigir el PSOE y él por contraprogramar. Si fuera esencial viajar a Bruselas viajarían mucho más. Donde tendrían que viajar es a Madrid, que es quien reparte los fondos. Bonilla ha ofrecido casar agendas pero la ´diplomacia´ andaluza es más partidaria de cazar fotos y subvenciones. Lo mismo coinciden en un restaurante cercano a la gran plaza, comiendo mejillones y patatas fritas. O haciéndose una foto con el muñeco meón, que parece que da suerte. Los más beneficiados del viaje pueden ser los parientes de ambos políticos, que tal vez reciban unos bombones adquiridos en la ciudad belga, que son famosos por exquisitos y sabrosos.

Entre Bonilla y Díaz verán a seis comisarios. Además, una de las entrevistas oficiales del líder popular será con Esteban González Pons, que como nadie ignora puede sin duda hacer cosas extraordinarias por Andalucía, no sabe uno como no tiene una estatua ecuestre en Sanlúcar, un busto en Linares y una avenida en Motril. Bonilla dijo el otro día que lo mejor es dar sensación de unidad, no discrepar e ir conjuntamente a defender los intereses de Andalucía. Acto seguido afirmó que el viaje de Susana Díaz sólo pretende el autobombo personal de cara a su carrera por la secretaría general del PSOE. Joder, menudo concepto de unidad. En la agenda de Díaz figura una intervención ante el plenario del grupo socialista. No descarte el lector que esa sea la foto-icono que le resulte más interesante. No es que calle al comité federal con su verbo, es que la va a oír lo más granado de la socialdemocracia europea, que dicho sea de paso tampoco está para muchas bulerías. Díaz quiere dejar al socialismo europeo boquiabierto y al español bien atado.

Regresarán hoy. Tal vez mañana se vean en el Parlamento y se enseñen fotos con el móvil, mira que chuli, a mí el finlandés me preguntó por las playas... y a mí el rumano por las catedrales. Tenemos líderes internacionales o internacionalistas a los que no criticamos por viajar y sí por hacer el ridículo con balcones al atomiun. Vaya col.