Odegaard

El gesto de honestidad de Martín Odegaard, y su padre, rechazando usar sociedades pantalla para evadir impuestos por una «cuestión moral», debe ser valorado, resaltado y agradecido por los ciudadanos.

Hans Erik, progenitor de Martín Odegaard, nos da una lección de ética: pudiendo y teniendo medios para defraudar a Hacienda ha decidido contribuir al bienestar social de país donde su hijo genera sus ingresos.

Es hora de que todos, pongamos nuestra condición de ciudadanos por encima de nuestros «forofismos», y señalemos con el dedo al deportista, sea de la disciplina que sea, que use mecanismos para la elusión, o evasión, fiscal. No pueden, quienes juegan sucio, representar los valores del «fair play».

Francisco Paz. Málaga

Autos y divorcios

«Hay mentiras, grandes mentiras y estadísticas». Por supuesto, mal manejadas. Fue famoso el error de quien, dividiendo el número de coches por el de personas en el mundo, pero olvidándose de quitar seis ceros, lamentaba en la revista «Destino» de los años cincuenta que sólo hubiera uno por cada 30 millones de personas, lo que, en la España de los cincuenta, sólo daría un coche, sin duda para Franco.

Ahora un prestigioso diario titula: «A los españoles nos dura más el coche que el matrimonio», al comparar el tiempo en que tardan los autos en darse de baja en promedio, 16,9 años, con la duración promedio del matrimonio de los que se divorciaron en 2015, y no con el tiempo promedio en que esos divorciados daban de baja sus coches. La cosa no está tan mal como ahí la pintan, por error o caer en la tentación de dar un titular tan sensacionalista, como si no tuviéramos ya suficientes temas con los que alarmarnos de verdad.

Javier Sanz Ridruejo. Málaga

Barómetro del CIS; ¿por qué nunca me llaman a mí?

Llevamos una semanita larga a vueltas con las encuestas, de parte, eso sí, porque los datos no hay quién se los crea. Pero el caso, es que en esto pasa como con las ucronías, que a base de repetirlas se transforman en verdades incontestables, algo momentáneo, porque luego llegan unas elecciones y, como se ha visto, se dan el batacazo, aunque por desgracia el efecto sobre los estados de opinión si perdura y es ahí donde quería llegar. ¿Cómo funciona el sistema? Fácil; por un lado se hace luz de gas a los verdaderos problemas, por ejemplo, las pensiones, el paro, un modelo productivo más eficaz, etc. y por otro, nos inundan con datos demoscópicos inventados ad hoc que ocultan la realidad de los hechos, para, de paso, hacernos ver que nuestra percepción está equivocada. Decía el Doctor Luis González de Rivera en su libro «El maltrato psicológico», que hacer luz de gas es un eficaz sistema para manipular, anular voluntades y hacerse dueño de la situación y a colación, mi pregunta sería esta, ¿hasta cuándo nos tendrán engañados? Por el momento, me conformaría con que en el próximo barómetro del CIS me llamaran a mí.

Francisco Javier España Moscoso. Málaga