El tiempo pasa sin ningún chasquido. La terquedad del mismo hace que éste transcurra sin un ápice de misericordia y tan solo podamos protegernos contra todo menos de su intrínseco juego. Hoy, a las 10.44 horas (UTC), nos adopta el invierno; la estación fría de la añada, la de las jornadas mas cortas y álgidas en una urbe ensimismada con la celebración de la Navidad, con sus luces y sonidos; con sus sombras y silencios, envolviendo este período de creencias y veleidades embriagadas de nostalgia.

En la mitología griega, Hades, dios del inframundo, rapta a la bella Perséfone para desposarla. Zeus le ordena devolverla a su madre Deméter, diosa de la tierra. Ésta sin su hija no halla la felicidad y descuida la tierra. El rey de los dioses viendo el orbe desolado llega a un pacto para que Perséfone pase seis meses con su progenitora y los seis restantes con Hades. Durante la temporada en que su hija está ausente, Deméter se entristece y ensombrecida desencadena el otoño y el invierno.

Esta jornada, además del inicio del solsticio, está marcada también por otra data: el cumpleaños del alcalde, Francisco de la Torre, quien cumple 74 años con el anuncio de su marcha del Consistorio al finalizar su mandato, cerrando su etapa en la Casona del Parque en 2019. Se abre así un largo invierno en el PP local entre cábalas de los futuribles sucesores, quienes tendrán, sean idóneos o no, una larga sombra impuesta por un buen corregidor -pese a sus sempiternos enfrentamientos con la Junta de Andalucía y el uso del verbo retractar como mecanismo rutinario- sobre el cual recae gran parte de la transformación de esta ciudad, visualizándola hoy con un sello genuino y acreditado. «...hay algo de mi sueño en tu sueño, hay algo de mi frío en tu invierno», evoca Carmen Naranjo. Que la suerte nos acompañe, mañana no es mal día. Feliz Natividad.