El alemán Peter Sloterdijk, que ha dedicado todo un ensayo filosófico al cinismo, cree que en el fútbol actual reina esa malsana actitud.

Para el autor de «Crítica de la razón cínica», es cinismo mirar el mundo de la gente normal «de arriba a abajo», con desprecio.

Los cínicos parten del supuesto de que «las reglas están ahí sólo para los imbéciles»: «El menosprecio de las reglas es una actitud típica del cínico y señor», declara el filósofo al semanario Die Zeit.

Buena culpa de ello la tiene la comercialización de ese deporte, que ha dado un salto enorme y ha hecho que «la corrupción» se vuelva normal.

«Lo que me sorprende, confiesa Sloterdijk, es la «generosidad de los espectadores, a los que les parece normal que se paguen sumas millonarias de dos dígitos a unos jóvenes y que no alberguen por ello el mínimo resentimiento».

«Si se tratase de empresarios, serían tachados inmediatamente de explotadores. Pero a los futbolistas multimillonarios sólo se les tributa admiración», critica.

Se piensa que «se lo merecen. ¿Por qué? Acaso porque el sueño más intenso de las gentes de nuestro hemisferio es adquirir fama y riqueza haciendo lo que uno mejor sabe hacer».

Pero «la remuneración excesiva es el primer paso hacia la corrupción. Y el fraude fiscal es su inevitable daño colateral», explica el filósofo en referencia a los escándalos de jugadores evasores de impuestos destapados por la prensa.

Hubo un tiempo, dice también Sloterdijk, en que el fútbol era «algo noble y quienes jugaban tenían el sentido del honor».

La obligación de ganar por encima de todo «ha ensuciado estructuralmente» ese deporte, sentencia el filósofo, a quien no hay más remedio que darle esta vez la razón.