El otro día, en pequeño comité, decía un alcalde en Fitur: yo he aprendido de Paco de la Torre. Voy a todo. Y ahora hasta cuando paseo lo hago por donde hay más gente y saludo a todo el mundo. Le echo muchas horas al tema. He aprendido eso y otras muchas cosas para ganar elecciones, añadía.

Fue oír esto y al cronista se le ocurrió una idea. Como tal hecho, una idea que viene así, sola, sin llamarla, de pronto, a hora cualquiera, no es algo frecuente, di en apuntarla y hasta en aprenderla y madurarla. La idea no es otra que qué se puede hacer con De la Torre, ahora que tantos en su partido se lo preguntan. Yo lo sé: que funde una escuela de alcaldes. Una academia de alcaldes. Se pondría fin a la histórica pregunta de: un alcalde, ¿nace o se hace? Se haría. En Málaga. En la Academia de Alcaldes Paco de la Torre. Los precios de matrícula habrían de ser moderados, la admisión de alumnos, exigente. Se darían becas y podríamos exportar alcaldes de cualquier ideología, sexo, condición y medidas corporarles a toda nuestra querida España. Bueno, no. Qué digo. A Europa entera. Incluso al Reino Unido aunque se marchara de Europa. Imagínen al alcalde de Manchester con un título colgado en su despacho y un primer ministro que va a visitarlo.

-Alcalde, ¿tú dónde estudiaste?

-En la Paco de la Torre School

-¿Y qué tal?

-Joer, menudas juergas en Málaga, vaya buen clima y no veas la pechá de museos.

De la Torre es el ejemplo. Hagan parkines pero peatonalicen, traigan museos, hagan de su ciudad un potente destino turístico, sean hiperactivos, duden. Ponga muchas luces. Naden. Coman boquerones pero eliminen delfines€ acudan en un mismo día a tres comidas a la vez para, a su vez, no comer nada y quedar mal en los tres sitios. Sonría, escuche, diga que sí pero haga luego lo que le venga en gana. Tirria al metro. Vaticanismo. Manténgase delgado. Alimente un irresponsable anti sevillanismo. Ponga muchas luces. Ah, no, que esto ya lo hemos dicho. Hay que dar la mano a mil tíos al mes. Los besuqueos admiten variabilidad. Dígale a los hosteleros que abran negocios. Recórteles las terrazas cuando los hayan abierto. Póngase del lado de los vecinos... cuando haya vecinos delante. Entre las asignaturas, sin duda habría que incluir una: Del puteo a la Junta entendido como una de las bellas artes. La única duda que me suscita el asunto es si Elías Bendodo sería becado, admitido, nombrado subdirector o si ya tiene convalidadas algunas asignaturas. La de la paciencia, por ejemplo... ¿Está Bendodo en primero de paciencia o en segundo?... El alcaldismo. He ahí un know-how como Dios manda. Mejor que las escuelas de hostelería. Un centro mundial de formación de alcaldes de donde salgan máquinas con menos ganas de jubilarse que Messi. Pasee, juguetee con ´los niños´ de su partido. Mantenga limpísimo el centro y como una pocilga no pocos barrios. Haga ricos a los empresarios de la limpieza. Muy educado, sea.