Gracias, don Emilio

Fue un día de principios de febrero, va a hacer ahora 22 años. Íbamos nerviosos y preocupados. A fin de cuentas, nunca es agradable acudir al médico. Mucho menos si es porque te han detectado un tumor. Emilio Alba llevaba pocos meses como jefe de la Sección de Oncología Médica del Hospital Clínico Universitario, pero ya era conocido por ser uno de los mejores oncólogos de España. Al salir de la consulta, mi madre iba mucho más tranquila. «Este hombre va a ser mi ángel de la guarda», dijo.

Efectivamente, en todos estos años mi madre puso toda su confianza en Don Emilio y su equipo. De alguna forma, Don Emilio se convirtió en alguien más de la familia. En mi casa hemos crecido escuchando hablar de él. Mi madre se alegraba con sus éxitos, seguía sus avances en investigación, leía sus entrevistas. Y es que ella, en primer lugar, pero también el resto de los miembros de la familia hemos tenido la oportunidad de comprobar que decir de él que es uno de los mejores oncólogos del país no es, en absoluto, un cumplido.

En todo caso, lo más importante es que en este tiempo hemos visto que no es sólo un gran médico, un magnífico profesional. Es, ante todo, una gran persona. La práctica de la medicina debe ir acompañada de grandes dosis de humanidad y sensibilidad, pero en una especialidad tan complicada como la de oncología éstas se hacen imprescindibles. Y nosotros hemos visto el cariño y la dedicación con la que ha tratado siempre a sus pacientes.

Desde hace unos días mi madre ya no está. A pesar del dolor que produce la ausencia, no hemos querido que pasara más tiempo sin agradecer a Emilio Alba todo lo que ha hecho por ella en estos años; un agradecimiento que nos gustaría hacer extensivo a todos los profesionales que forman parte del departamento de Oncología Médica del Clínico y del Instituto de Investigación Biomédica. Para todos ellos -médicos, adjuntos, enfermeras, auxiliares, celadores-, nuestro más sincero agradecimiento por su profesionalidad y por su humanidad. Sepan que los familiares de Concepción Marín Alarcón estaremos siempre en deuda con ustedes.

Francisco Manuel Pastor Marín.Málaga

Inoportunidad tremenda de Trump

El espectáculo de Trump está asegurado. ¿ Será una corrida de toros o un tsunami? No quiero ni verlo. Será algo vergonzoso, amenazador, devastador. Porque han puesto al volante del autobús a, por lo menos, un ciego. Siento a toda la Inteligencia estadounidense avergonzada. Qué ridículo cuando tenga que hablar a solas con otros líderes. Cómo se reirán de él Putin, Erdogan, etc... Qué incompetente cuando se enfrente a una crisis seria.

Pero todo eso, aunque resulte muy dañino, es remediable. Lo irremediable es que nos va a hacer perder, por su abandono de la lucha contra el CO2 en estos cruciales 10 años, la ultima oportunidad de recortar lo suficiente el calentamiento para no llegar a los dos grados de aumento. Después será imposible. Los efectos de su insensatez serán irrecuperables y tremendos.

Nada de reírle las gracias. Resistencia desesperada.

Pablo Osés Azcona.Málaga