La anécdota es tan cierta como nítido era el enunciado del trabajo. Se trataba de un proyecto por grupos de un centro escolar de primaria; los alumnos de quinto curso debían hacer una presentación acerca de un personaje de cualquier época que hubiese destacado por sus aportaciones a la humanidad, quedando al criterio de los interesados la elección. Supongo que no debería sorprender la lectura del listado de quienes recibieron los laureles: Shakira, Iker Casillas, Sara Carbonero, Angelina Jolie. También Magic Johnson y Michael Jackson.

Es en este punto cuando la columna corre el riesgo de parecerse al sermón moralizador de un viejo cascarrabias, y debe considerarse que desde Sócrates hay quejas sobre la falta de valores de las nuevas generaciones. Intentemos no incurrir en tal fallo; a fin de cuentas, décadas atrás los referentes eran protagonistas de hechos de armas cuyo ejemplo quizá hoy no nos parezca tan edificante como les pareció a nuestros mayores.

Recientemente conocíamos los resultados del último informe PISA, que por encargo de la OCDE analiza el rendimiento de los estudiantes de diversos países; entre sus conclusiones estaba la falta relativa de competencias de los escolares españoles en campos como matemáticas y comprensión lectora. Sin embargo, este informe no valora otros aspectos más difícilmente cuantificables, como el espíritu crítico, imprescindible para conseguir ciudadanos inconformistas y poco dóciles con el poder. Tan necesario en la actualidad. Tan necesario siempre para conseguir una sociedad justa y equilibrada. Con ese objetivo en el horizonte quizás los modelos de referencia que barajan los niños de primaria en la actualidad no sean los más apropiados. Y no vale culpar al cole.