El Real Madrid se levantó de un momento repleto de irregularidad con un triunfo convincente en Ipurúa, con claves como el liderazgo de Karim Benzema, la actitud y el sacrificio del grupo, el rendimiento de la segunda línea sin Cristiano Ronaldo ni Gareth Bale o la clase impartida por Modric. Así podemos resumir los aspectos fundamentales de una reacción madridista que se produce a las puertas del duelo continental en Nápoles.

El liderazgo de Karim Benzema: realizó el francés un partido perfecto el día que los focos le apuntaban, teniendo que asumir la responsabilidad del gol sin Gareth Bale ni Cristiano Ronaldo en el tridente ofensivo. El cambio de jugadores le favoreció. Acostumbrado a ser el que genera para el resto, fue la referencia en punta para asistentes como Lucas Vázquez o James Rodríguez. Karim bordó el fútbol.

Aportó los goles que se le exigen a un nueve del Real Madrid pero su fútbol fue mucho más allá. Inventó el tercero con un pase medido. Realizó un movimiento clave en el cuarto para desajustar la defensa del equipo rival. Cada balón que tocó, inventó con calidad.

El rendimiento de la segunda línea: hasta ocho cambios realizó Zinedine Zidane en su equipo titular pensando en la batalla que le espera en Nápoles en Liga de Campeones. Cuando se podía pensar que era una locura perdiendo antes de viajar a jugadores como Varane, Cristiano o Bale, añadió a Carvajal, Marcelo o Kroos.

Era el momento de la segunda línea en una situación complicada, repleta de irregularidad y obligados a reaccionar tras perder el liderato de LaLiga. En apenas tres días, jugadores con hambre de minutos, cambiaron la cara de un equipo que perdía el norte.

La actitud y sacrificio del grupo fueron las claves para la reacción. El esfuerzo máximo y la actitud del grupo con máxima concentración todo el partido, marcaron el camino a la goleada de un Real Madrid convincente en su fútbol.

Aparecieron las ayudas defensivas, se juntaron líneas y el Real Madrid fue un equipo sin fisuras tácticas para conseguir empequeñecer al conjunto rival. Demostraron que en el fútbol moderno no se puede permitir que varios delanteros no trabajen hacia atrás cuando no se tiene la posesión. Fue un mensaje directo a la BBC, con Benzema sumándose al esfuerzo colectivo.

La clase de Luka Modric: no es habitual ver a los aficionados rivales en un estadio que no es el Santiago Bernabéu despedir con aplausos a un contrincante y mucho menos levantarse de su asiento como gesto de reconocimiento a su fútbol. Así reconocieron la mayoría de seguidores del Eibar la clase de fútbol que había impartido Modric, al mando del juego madridista y haciendo mejor a todos sus compañeros. El croata descansó ante la UD Las Palmas y el Real Madrid lo acusó.

James y Marco Asensio se ganan minutos: en su situación se hace aún más complejo brillar. Sin continuidad el colombiano, sin minutos el español en febrero. James ofreció la versión que persigue Zidane: combativo, con llegada y gol, continuos centros medidos y peligrosos.

Asensio todo lo hace bien, trabaja, devora espacios con sus desmarques, se asocia con calidad con todos y volvió a aportar gol. Reforzaron la creencia de su entrenador en las rotaciones en un momento clave de la temporada para ganarse más oportunidades de las que están recibiendo, dispuestos a ayudar y dejarse todo en cada minuto.