El Gobierno de la Junta de Andalucía ha empezado a actuar como oposición a Mariano Rajoy. Aunque ya llevaba un tiempo en estas lides, el portavoz de la Junta, Miguel Ángel Vázquez, fue capaz de hacer un triple salto mortal para darle la vuelta a la tortilla del impuesto más mentado en las últimas semanas. Para la Junta, la culpa de verse obligada a cobrar el gravamen a las herencias es por «la inoperancia del PP que no lo ha eliminado y lo ha dejado en manos de las comunidades autónomas». ¡Qué cachondos! Es decir, que si el PP aprobase, qué sé yo, un impuesto autonómico para cobrar impuestos a la generación de Energía solar, las comunidades se verían en la obligación de cobrarlo. Esperen, reviso mis notas.

Barrabasadas ecológicas aparte, el mensaje que lanza la Junta de Andalucía es sencillamente ridículo. Pudiendo haber escogido otros argumentos menos vacuos, a Vázquez se le ocurrió soltar semejante memez.

Defender la autonomía de la Junta de Andalucía pegando garrotazos a Madrid me resulta de un catetismo extremo. Más muestras de lo que es capaz una administración autonómica que mira más a la escalada a nivel nacional que a batirse el cobre con los andaluces. Es el problema de que cuando te señalan la luna tú te quedes mirando el dedo.

Sería una tontería para cualquier andaluz pretender que la Junta perdiera competencias con respecto a otras autonomías, pero ahora que todas las comunidades están dando el paso de eliminar este impuesto, quizá no sea mal momento de sumarse.

Todo pasa porque acabe la guerra civil dentro del PSOE y en la Junta de Susana se centren más en gobernar que en hacer oposición.