Quienes éramos niños en los cincuenta y sesenta del pasado siglo y desarrollamos la afición por la lectura a través de los tebeos -lo de llamarlos comics vino después-, recordamos aquellas aventuras del pato Donald en las que su millonario Tío Gilito, obsesionado con amasar ingentes cantidades de dinero, solía aparecer con los ojos saliéndose de sus órbitas convertidos en el famoso símbolo del dólar.

Pues algo parecido le está ocurriendo a muchos a quienes parece les han puesto unas enormes gafas para miopes -fabricadas por supuesto con petróleo- en las que sus cristales han sido sustituidos por el famoso billete verde, con lo que lógicamente están cegados. Apuntemos algunas de las cosas que no ven, porque no quiero pensar que no quieren ver, limitándonos en estos párrafos a un breve análisis sobre las implicaciones de la construcción del hotel.

¿Alguien ha contabilizado la cantidad de camiones que tendrán que entrar y salir de la obra cargados de tierra, cemento, hierros, cristal, etc, y atravesar la ciudad, durante los 30 meses que, dicen, durará la construcción del «maravilloso rascacielos»? Como mínimo porque doy por hecho que ese periodo de tiempo se sobrepasará ampliamente.

¿Por dónde van a circular? ¿Por el paseo de la Farola y el Ciudad de Melilla? ¿Qué ocurrirá entonces en el tráfico de la ciudad? Por favor, que alguien lo explique. ¿Quién pagará los costos del colapso circulatorio y el indudable deterioro que las infraestructuras de nuestras calles va a padecer y qué problemas adicionales va a generar? Porque las calles no están diseñadas para soportar un gran tráfico de camiones pesados. Como pretendo desvelar no todo son beneficios en el proyecto. Habrá unos costes- alguien debería calcularlos- que recaerán sobre los bolsillos de todos los malagueños que ya empezamos a estar muy escarmentados de que unos pocos se aprovechen, en detrimento del interés general, de lo que hemos pagado entre todos. Luego a los beneficios que, dicen, generará el hotel habrá que restar los costos directos, indirectos y lucro cesante que su construcción originará en otras muchas actividades. Reflexione lector y deduzca hasta dónde pueden afectar.

Sigamos. ¿Hay alternativas a la circulación de camiones pesados por la Malagueta? Lo lógico sería que, para evitar la congestión circulatoria urbana del centro, ese tráfico discurra por el interior del puerto hasta salir por su extremo occidental en el paseo marítimo Antonio Machado. ¿Qué ocurriría entonces en los muelles uno y dos? Quedarían destrozados y arruinados los negocios.

Otra alternativa sería utilizar barcazas que faciliten esos transportes por el mar. Pero cerca de la obra, ¿dónde cargarían y descargarían? ¿Por los flamantes muelles de cruceros? ¿Con qué medios de carga y descarga? ¿Y cuando tengan que atracar los cruceros dónde lo harían? ¿Se trabajaría por las noches cuando los cruceros abandonan el puerto? ¿Y los muelles que reciben a los cruceristas cuánta suciedad acumularían? ¿No ahuyentaría la obra a los cruceros durante los tres años que al menos durará la construcción? Porque la incompatibilidad de usos de esos muelles es manifiesta, mientras la terminal de cruceros no es como la estación María Zambrano en la que los trenes llegan sí o sí. Los barcos navegan libremente y cambian sus rutas y los puertos de escala con decisiones inmediatas en un mercado muy competitivo entre ellos. En consecuencia es fácil pronosticar una importante caída de los tráficos cruceristas en la terminal del muelle de levante durante la construcción del rascacielos. A lo mejor crecen los ingresos portuarios con el canon que pagará el hotel, pero se producirán importantes descensos con la reducción del tráfico de cruceros.

Y en tierra, ¿por dónde se cargarían y descargarían todos los materiales necesarios en la edificación del hotel? Habría que construir un embarcadero en las playas de la Misericordia o en el proyectado puerto deportivo de la desembocadura del Guadalmedina, -supongo-, con lo que los problemas de tráfico pesado se alejan del centro, pero seguirán afectando a todo el entorno urbano de la zona oeste de Málaga.

Además, esta alternativa marítima de transporte implicará varias rupturas de carga. ¿Cuáles? 1º Transporte desde la obra al pie del muelle de cruceros. 2º Carga del muelle a la barcaza. 3º Navegación de la barcaza. 4º Descarga de la barcaza a tierra. 5º Carga en los camiones. Y viceversa. En cualquier caso, se generarán importantes aumentos del tiempo y coste de transporte de materiales por lo que esta razonable e inevitable alternativa al tráfico de camiones por la Malagueta supondrá un relevante crecimiento del coste total de la construcción. Eso afectará negativamente a la teórica rentabilidad del proyecto.

Por otro lado la construcción de los 500 aparcamientos subterráneos (supongo que es así como están proyectados ya que en otro caso no veo donde cabrían las piscinas de agua salada, el centro comercial, el auditorio y el casino además del hotel) también aumentará considerablemente los costes del proyecto por simple lógica. Porque construir varias plantas de aparcamiento sobre el fondo del mar me parece una auténtica locura. ¿Nos acordamos los malagueños del gran embrollo que suscitó la construcción del aparcamiento de la plaza de la Marina, por tocar un poco el nivel freático y sólo era de una planta? En este caso es fácil imaginar los enormes problemas que supone que el freático sea simplemente el mar.

En consecuencia, a poco que profundicemos en el análisis, los números de la rentabilidad hotelera, en mi opinión, empiezan a adquirir un tinte rojizo cada vez más acusado.

Y termino. Lo que me deja perplejo, cuando autoridades y partidos políticos se han puesto las gafas del Tio Gilito, es que nadie se haya percatado, aparentemente, de que la obra no se ejecuta en un desierto ni en un lugar con amplias y fáciles comunicaciones de carreteras, sino en el punto más débil de una ciudad muy complicada y tremendamente frágil en sus infraestructuras para la circulación rodada como Málaga.

Pero, ¡claro!, situar al edificio «mar adentro», con un amplio terreno libre a su alrededor, reduce su impacto visual. Eso se dijo en su presentación.