Presos de un error al que no cabe indulto. La tarde noche del Miércoles Santo no se producirá por primera vez en decenas de años la tradicional liberación de un preso indultado por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús El Rico. Este año no se producirá esa estampa habitual de nuestra Semana Santa por un fallo garrafal en cascada en el proceso de selección de la terna de reclusos y el tardío envío de los expedientes al Consejo de Ministros para que decidiera a quién de ellos se le concedía el indulto y la libertad durante la procesión del Miércoles Santo. Esta es la única razón por la que El Rico no liberará este año un preso y no como se ha querido vender por los amantes del rancio localismo de que se trataba de una cuestión política, o lo que es lo mismo, que se debía todo a una oscura maniobra del ministro del Interior, el sevillano Juan Ignacio Zoido para desacreditar la Semana Santa de Málaga, que cada año coge más vuelo y presencia. Lo cierto es que Zoido no quiere mucho a Málaga, pues pretende reabrir un Centro de Internamientos de Extranjeros sin que por aquí nadie lo supiera, o cuando era alcalde de Sevilla se desgañitó para reclamar el estatuto de capitalidad para su ciudad. Pero Zoido no tiene nada que ver en este asunto; es competencia del ministro de Justicia, Rafael Catalá. Aún así corrió como la pólvora por ese patio de vecinos justicieros que es Twitter que el Gobierno de Rajoy rechazaba el indulto del preso de El Rico por motivos políticos mientras que otras siete cofradías, entre ellas una sevillana, sí recibían el visto bueno para liberar a un preso durante la Semana Santa. A lo mejor es que allí se hizo bien el trabajo que no se hizo aquí. Todo un ejemplo de localismos mal entendidos, trasnochados y marchitos.

Es cierto que el Gobierno, por primera vez en años, rechazaba conceder el indulto a un recluso para que saliera el Miércoles Santo, pero antes de verter gasolina a los que la esperan con el mechero en mano, es recomendable saber que los tres reclusos que se propusieron desde Málaga incumplían los requisistos para ser puestos en libertad e indultados. Sus expedientes delictivos era técnicamente inviables Dos de ellos habían cometido delitos graves y fueron desestimados por tener informes desfavorables del tribunal sentenciador y de la Fiscalía. El tercero era un funcionario de la EMT que cumple condena por un delito continuado de estafa y falsedad y con la que está cayendo en este país con la corrupción no era plan de premiar a un funcionario corrupto. Queda la duda de quién metió su nombre para que fuera indultado este tipo.

Nada más conocerse el viernes tarde la noticia de que la referencia del Consejo de Ministros no incluía el indulto de un recluso para la Cofradía de Nuestro Padre Jesús El Rico, se montó en Málaga una bronca monumental con graves acusaciones al Gobierno, que, no siendo responsable, trató de buscar una solución. El decano del Colegio de Abogados de Málaga, Javier Lara; el presidente del PP de Málaga, Elías Bendodo, y el subdelegado del Gobierno, Miguel Briones, mediaron con el ministro de Justicia para buscar una fórmula de urgencia que evitara romper con la tradición y que fuera aceptada por la cofradía.

Tras varias llamadas y negociaciones se acordó una solución provisional que consistía en que a un nuevo recluso se le aprobara una progresión de grado y de manera paralela se iniciara la tramitación para que el próximo Consejo de Ministros que abordase este tipo de asuntos determinase el otorgamiento definitivo del indulto, que podría producirse en un plazo máximo de un mes. Sólo faltaba que ayer por la mañana lo aceptara la Junta de Gobierno de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús El Rico, que rechazó la solución intermedia al considerar que no cumplía los estatutos de El Rico. Sus razones tienen.

El hermano mayor de la cofradía, Antonio Martínez, fue claro en su argumentos: «No queremos engañarnos a nosotros mismos ni a Málaga». Entiende que con la propuesta de un inicio de expediente de indulto que finalizaría tras la Semana Santa, la liberación «no se produciría la tardenoche del Miércoles Santo, como dicen los estatutos», pero también debe entender que era inviable e imposible que se reuniera otra vez el Consejo de Ministros de forma extraordinaria para resolver un problema al que ellos son ajenos.

La fórmula exprés propuesta mantendría viva la tradición de que El Rico liberara un preso este Miércoles Santo, pero choca frontalmente contra los estatutos. Y en este debate entre tradición y estatutos han prevalecido los estatutos. Nada que alegar.

Ahora sólo falta conocer quién o quiénes fueron las mentes que seleccionaron a los tres reclusos cuyos expedientes enviaron a Madrid. ¿Quién hizo la selección de los reos en la Junta de Tratamiento de la prisión de Alhaurín de la Torre? ¿ Por qué la Audiencia Provincial de Málaga, el tribunal sentenciador y la Fiscalía Provincial de Málaga dieron el visto bueno a la terna pese al expediente delictivo de los tres y a los informes desfavorables? Y, lo más grave, ¿hasta qué punto hubo falta de diligencia por parte de la sección de indultos del Ministerio de Justicia cuya obligación es alertar de que hay expedientes técnicamente inviables y que tienen la obligación de pedir una nueva terna por muy tarde que los recibieran?

Presos de una cadena de errores impropios de unas instituciones que llevan siglos repitiendo el mismo procedimiento las semanas previas a la Semana Santa, este Miércoles Santo El Rico no liberará a ningún recluso, una tradición que se había cumplido de forma ininterrumpida los últimos 75 años y que se basa en una pragmática real que Carlos III dictó en 1759 tras una epidemia de peste en Málaga. Como dijo Briones, habrá que revisar los protocolos para evitar estos sonrojos