Recuerdo el primer artículo de este ya pizpireto rincón en el que me dejan opinar. Fue sobre buscar una marca para Málaga. Con los años hemos visto crear no una sino varias marcas. No tener una marca es malo, pero tener varias puede ser peor. La última en llegar es «Málaga, ciudad de museos, donde habita el arte» que se suma a la retahíla (siempre he pensado que esa hache ahí está de pegote) de marcas que se han creado desde que empezamos en esto de mirar a Málaga como opinador.

Málaga con su «sabor a Málaga» tiene muchas marcas, como «ciudad genial» que es no podría sino seguir el «caminito de los reyes» de las ciudades.

Hemos fabricado en poco tiempo, como si fuéramos una fábrica de la antigua «térmica», muchas marcas pero sin pensar en construir debajo una ciudad sostenible.

Las playas han seguido la «gran senda» del resto de la ciudad y aunque se publicitan como las mejores están indefensas de, al menos, un temporal cada invierno.

Hay «portales de transparencia» por doquier pero ninguno nos deja ver bien lo que hay detrás, hasta tal punto que hay varios lugares de «gobierno abierto» y transparencia simultáneos. Nada por aquí, nada por allá.

Una «noria» que gira y gira sin parar, sin importar lo que lleva dentro sino que parezca que hay movimiento en el «valle de Málaga», mientras los niños se toman un «polo», «digital» también claro.

En definitiva, crear una marca para Málaga pero solo de cara a «La Galería» es un despropósito si debajo no hay nada y, siguen fallando cosas básicas como la limpieza, la seguridad o el confort básico de los que aquí vivimos y pagamos la fiesta.