'Yo no espero la muerte', por Pablo Osés Azcona

Acabo de darme cuenta ahora . Y eso me aclara mucho. A los 85 jubilado soy experto en pasar el tiempo sin hacer nada. Miro y remiro y veo cuanto soy capaz de ver. La mente vacía de preocupaciones. Y consigo ver mucha belleza, mucha maravilla, muchísima complejidad y también bastante humanidad. Aunque también veo mucho dolor -demasiado- , para mí es evidente que después de la muerte me espera y nos espera a todos aún mucha más belleza, mucha más maravilla y por fín toda la esperada Realidad. Por eso yo no espero la muerte, espero la sobrevivencia. No sé cómo será pero si sé que será y será genial. Así el futuro se llena de ilusión. Y también de humanidad. ¿Optimista? Pues sí. Y además creo que con razón. Qué culpa tengo yo de ser un jubilado a dos pasos del Paseo marítimo de Fuengirola y así poder ver el lado maravilloso de la vida. Que además es el verdadero.