Pedro Sánchez promete que no habrá guerra contra los barones del PSOE que no lo han apoyado. Bueno, más bien habría que decir que es que ya no son barones, dado que el término hace referencia a esos líderes con poder institucional que además controlan el partido en su territorio. A la vista está que en algunos casos no es que no lo controlen, es que ni lo conocen.

Ya hay escisión en el PSOE. Es decir, hay un partido socialista andaluz y hay un partido socialista al norte de Despeñaperros. Por ahora les interesa actuar con cierta coordinación y desde luego, en el proceso congresual que se avecina va a haber mucha entremezcla. También mucha discusión ideológica, esta vez sí. Imaginen un comité federal que hubiera de votar sí o no a la moción de censura que planea Pablo Iglesias.

En el PSOE malagueño hay una suerte de desnortamiento y unos fuertes movimientos en varios sectores encaminados a la sucesión de Miguel Ángel Heredia. No obstante, no convendría dar por muerto a nadie anticipadamente. Dando por descontado que en política se puede resucitar, y si no, que se lo digan a Sánchez. El mayor reto de los sanchistas en Málaga, que no son un cuerpo homogéneo y sí, en parte, un sindicato de desafectos al heredismo, es buscar un líder, una cabeza visible. Visible, al menos si no es muy cabeza. Los alcaldes han demostrado una capacidad de predicamento en sus agrupaciones tirando a mejorable. Susana Díaz, aunque bien es cierto que a toro pasado todos somos magníficos analistas, ha hecho una campaña muy mediocre. Un ejemplo fue ese mitin horrendo en Trujillo las vísperas del batacazo. Sólo sabía hablar de la fuerza del sur y de que quería ser la primera mujer en dirigir el PSOE. La fuerza del sur, la fuerza del sur, repetía con el mismo machaqueo que lo repetían los telediarios, suponemos que para mayor atonitez de un votante socialista de Langreo, Badalona o Tudela. Susana Díaz ya no es la que lo gana todo y ahí la espera ya la derecha andaluza para zaherirla. También ha comprobado que esos amores que algunos le profesan son interesados y basados en que hay que comer a diario. Te avalo pero que te vote tu tía, y así varios miles.

En un relato binario y sin matices, rojo o negro, par o impar, ha resultado más atractivo el no es no que el tenemos una gracia que no se puede aguantar. Pues parece que la han aguantado ahí en la meseta y en el norte y Euskadi, Cataluña, las islas, etc. Vaya cosa.