El Partido Popular recupera ahora la idea de llevar el metro hasta el final del parque, o sea, hasta la plaza de Torrijos. Con independencia de que eso hubiese sido lo suyo y así era la idea original, lo que no se comprende es tanto vaivén, tanta improvisación, tanto cambio de parecer. Si no hace ni dos semanas que dieron una rueda de prensa pidiendo que llegara a la plaza de la Marina. El equipo de gobierno de Málaga sólo tiene una idea respecto al metro: joder a la Junta, no cumplir lo firmado, negar el metro a los ciudadanos del Hospital Civil y aledaños, retrasar, torpedear y, ahora, con esta propuesta, evitar el aislamiento político que supone que Málaga Ahora-Podemos, IU, el no adscrito, Ciudadanos y los socialistas, voten en contra, como hicieron ayer, de los cambios de criterio y de no llevar el metro al Civil. Eso sí, Ciudadanos dio oxigenito al regidor al secundar su moción sobre que el suburbano llegue a Torrijos. Hay más mociones sobre el metro que vagones.

El alcalde va a conseguir dejarle a Bendodo, en un año o así cuando lo releve en la alcaldía, un marrón considerable, una deuda, una cicatriz, un pollo, un cabreo ciudadano. De la Torre va a pifia por mes. Pero no desesperen que hay indicios en el horizonte de que va a mejorar esa velocidad de crucero. Él se cargó en parte el proyecto del Astoria con esas declaraciones de que había que hacer un concurso a medida para Banderas. Eso desató las críticas. Lo más cachondo del caso es que alegan que llevar el metro a Torrijos es la única forma de que sea rentable.

Ah, qué majos, qué preocupación por nuestro dinero, luego de tirar veintitantos millones en comprar el Astoria para nada, por ejemplo. El metro no va a ser rentable nunca entre otras cosas por esa política pueblerina y no de gran ciudad de hacer la competencia a toda costa con la EMT (que funciona estupendamente, por cierto) en lugar de tener altura de miras y hacer de los dos medios de transporte algo complementario y favorable al ciudadano.

Fue en 2013 cuando el alcalde y la entonces consejera de Fomento, Elena Cortés (IU), descartaron el metro bajo tierra hasta la plaza de Torrijos-Hospital Noble por su elevado coste, cifrado en unos 200 millones de euros, a lo que habría que añadir el coste añadido que supondría abonar al Ayuntamiento la factura por el cierre temporal del aparcamiento de la Marina y por la incertidumbre que la aparición de restos arqueológicos pondría sobre el futuro de ese tramo. Mañana igual toca proponer el metro a Sebastopol. Pero sin acritud y por el bien de Málaga, claro.