El martes se cargaron a Cuartango. La última vez que charlé con él estaba cansado. Los resultados no eran buenos. Él era el siguiente director de El Mundo desde la traumática salida de Pedro Jota. Pasaron como quien pasa por la quilla Casimiro García Abadillo y David Jiménez. Éstos con diferentes críticas. Pero Cuartango€ Cuartango es el periodista más entregado que uno podrá encontrar en su vida.

Trabajé para él como feliz becario durante tres meses. Devoraba sus Vidas Paralelas que me servían para buscar biografías de personajes históricos. Cuartango ha sido una de esas víctimas que saben que van a morir pronto. Lo sabía cuando entró. Lo suyo era pasajero, pero se convirtió en bueno. El Mundo de Pedro García Cuartango era un diario mejor.

En enero le dieron el Premio Bravo! de la Conferencia Episcopal. Charlamos un rato y pronosticó su salida. Hasta que dure, me vino a decir. Y ya está. No ha durado más. Un año. De San Fernando a San Fernando. Sólo hay que escuchar su discurso de despedida de la redacción para darse cuenta de que lo suyo es ser periodista. Pedro Jota le dedicó un tuit el mismo martes: «Siento mucho la destitución de Cuartango, un gran periodista, un hombre íntegro, un intelectual solvente. Ojalá El Mundo encuentre su camino».

El Mundo se desvió hace tiempo, como todos esos medios que han puesto por delante al consejero delegado antes que al director. Creo que a eso se refería el periodista de El Mundo Alberto Rojas cuando respondía a Ramírez: «Los periodistas sabemos cuál es nuestro camino. Otros parece que no. Un abrazo».Cuartango ha sido chivo expiatorio de los balances. El periodismo se va al carajo otro poquito. Gracias, Pedro, por enseñar tanto y tan bien.