Susana Díaz va a nombrar a Diego Valderas comisionado para la memoria histórica. O lo ha nombrado ya. Es cargo nuevo y redundante con otro que ya existe. Así están las cosas, que para que no nos olvidemos de que no hace tanto nos dábamos tiros en la nuca y nos arrojábamos a las cunetas, hay que poner a un nota (más) en nómina.

Valderas es un buen tipo, comunistón clásico con el que aquí el cronista se toma alguna cerveza en la Feria de Málaga. Cercano, cordial, campechano, honesto sobre todo, y sin vida laboral fuera de la política, que agarra ahora un cargo bien remunerado a los sesenta y pico tacos, que es una edad hoy día de juventud, pero no para cargar sacos o dar de comer a las palomas en plan jubilata.

IU ha montado en cólera con este nombramiento. Han llegado a hablar incluso de las sucias manos de Susana Díaz «en nuestros muertos». Finos analistas políticos arriesgan prestigio estos días apostando a que todo forma parte de una estrategia para girar el PSOE andaluz un poco a la izquierda. No estoy muy seguro de que eso sea así ¿Para qué desestabilizar a una fuerza pequeña como IU que puede ser otra vez socia necesaria en el futuro? Claro que también es verdad que ahora IU, además de que podría quedar diluida en Podemos, se ve en la disyuntiva de romper con Valderas para tener manos libres para hacer oposición o considerar ya a Valderas un dirigente socialista y seguir arreando al ejecutivo andaluz. En cualquier caso, el verdadero golpe de efecto (y de suerte para él) hubiera sido que Díaz lo nombrara consejero, ahora que parece que toca remodelación. Quizá todo sea más fácil: se le echa una mano a un colega, que no camarada. Se le echa un cable, un salvavidillas. Valderas trabajará en la órbita de Rosa Aguilar, que también fue de IU. La Consejería de Cultura pasa a ser fortín rojo. Curioso: un gobierno muy de rojelios apoyados por los naranjas, obsesionados con quitar impuestos. Y lográndolo. No está muy claro cuánto va a cobrar Diego Valderas, que fue presidente del Parlamento y vicepresidente de la Junta y que hasta hace unos meses percibía esa cesantía que hay en Andalucía para ex altos cargos y que fue instaurada por Chaves. El PP ya pide que la remuneración sea gratis. Les debe parecer que conservar la memoría de la historia ha de ser un hobby. El PCA amenaza a Valderas con abrirle expediente, o sea, que ahora para purgar a un militante hay que hacer papeleo. Están perdiendo agilidad punitiva. Esto va camino de ser un nombramiento más que de la memoria, memorable.