No, no se me olvidó escribirte el mes pasado. Sólo decidí dejarlo pasar unas semanas porque estaba seguro de que habría algo más interesante que contarte. El 8 de mayo de 2012 no es una fecha que se nos vaya a olvidar nunca a los que compartimos contigo cigarros, copas de vino y ruedas de prensa. Y estaba claro que este año no iba a pasar sin escribirte, ya lo sabías.

Con lo cultureta que eres seguro que te has enterado de lo de Fernando Francés. Lleva el tío un tiempo sin parar saliendo día sí, día también, en el periódico. Por lo visto el prócer cultural, adalid del despegue museístico de nuestra urbe, siempre fue un chico listo. Familiares aparte, Francés tenía registrada a su nombre la marca del CAC Málaga. Mira, como Cremades con el Málaga Valley pero en contemporáneo y molón. A los pocos días el director del museo respondió a las críticas por otro follón. Invader, un artista en 8-bits, colocó una flamenca del WhatsApp en la trasera del Palacio Episcopal, en calle Santa María. La obra de Invader vale más que el edificio. Tiene dos huevazos, eh, eso es innegable. Francés, de camino, aprovechó y se hizo una foto con colegas para, digo yo, defender que se puedan utilizar las paredes para fijar carteles. Bueno, esto es una exageración, que a mí me gusta Invader. Lo que no me gusta es esa pared del Palacio Episcopal, desconchada, con un registro monísimo que parece un muerto y cables en la fachada. Un cuadro, tú.

Las cosas que pasan en Málaga, Olga. Tonterías que llenan portadas con las mismas caras de siempre. La única novedad es que aquellos tuiteros a los que les hervía la sangre con cualquier cosa que se hacía en Málaga han pasado a ser parte del sistema que criticaban. Pero eso pasa en las mejores familias. Digo yo? Un beso, Olga. Da recuerdos a Marga.