'El tapón de capuchinos', por Bartolomé Florido

En los años 60 había un personaje famoso en toda Málaga por su beligerancia llamado El Tapón de Capuchinos. Medía menos de 1,40 m, super chato, el tronco más grande que las piernas, pero era el tío más buscabocas y con más mala leche de Málaga. A todas las mujeres les decía piropos groseros, en Semana Santa era más peligroso que el Vampiro de la calle el Molinillo, que era un coetáneo. Uno era pura ficción, porque nunca nadie llegó a verlo, pero al Tapón de Capuchinos lo conocía todo el mundo. Jugar al fútbol en Martinicos en contra de él, significaba salir con lesiones múltiples con lo chiquito que era. Según él, mi santa madre tuvo 10 o 12 hijos de padres distintos. El insulto más suave... Para que el chato se quedase a gusto tenía que irse a la cama con 9 o 10 palizas. Las perdía todas, pero él como el Cid Campeador, no daba ni una por perdida. Y como dije antes, en Semana Santa, cuando las mujeres veían al Chato, se arrimaban a la pared para que no les cogiese el culo. Y ahora termino, al chato le pasa igual que a Pablo Iglesias, presenta una moción de censura, le pegan patadas por todos lados, lo revuelcan... Pero él, como al Tapón de Capuchinos, lo tienen que atacar para irse tranquilo a la cama.

'La violencia heredada', por Cristina Castro

Una de cada cinco mujeres españolas ha sufrido abusos físicos o sexuales. Ante esta desgarradora realidad, el Gobierno y varias asociaciones feministas intentan hacer lo posible por educar a las nuevas generaciones y parar la violencia machista. Sin embargo, seríamos muy ilusos si pensásemos que la violencia se dirige únicamente hacia las mujeres. Seis de cada diez niños en el mundo sufren maltrato físico a diario; la cifra aumenta si tenemos en cuenta que el tipo de abuso más común que suelen sufrir los niños no es el físico, sino el psicológico o emocional. Sin embargo, para protegerles a ellos no hay tantas asociaciones ni consensos, a parte de la FAPMI. El maltrato se cura educando al maltratador. Sin embargo, para tener un hijo no es necesario pasar ningún examen, o cursar ningún tipo de formación. Esto causa que los padres, a pesar de estar biológicamente preparados para recibir al niño, pocas veces están psicologicamente preparados. Y así la violencia sobrevive, un hijo maltratado tiene todas las papeletas para ser un maltratador de adulto, proyectando la violencia recibida de sus padres hacia sus compañeros o pareja. Cuidando a los niños, cuidamos el futuro.

'PIF: nuevo trastorno mental', por José Herrera Peral

Este es un nuevo síndrome llamado PIF (parálisis inmovilista fratricida). Una de sus características es decir: «Te invito al diálogo, pero en mis condiciones y te adelanto que no cambiaré mis planteamientos». Lo sufren muchos de los políticos actuales. Quizás sea introducido en la nueva propuesta de clasificación de los trastornos mentales. Es una sociopatía en la que se destaca el mesianismo, la inconsciencia, la irresponsabilidad, la negación de la historia y del conocimiento. Es también la vuelta atrás a valores que priman los enfrentamientos y la violencia con graves sufrimientos para la mayoría de la población que no padece dicha patología. Los que tienen este síndrome suelen manejar los medios, en los que emplean medias verdades, engaños y sobre todo desarrollan sus dotes teatrales contando con la financiación de toda la ciudadanía para lograr contaminar a toda la población. Ojalá pronto la sociedad encuentre la curación para estos individuos y se puedan abordar los problemas reales de las personas como son la sanidad, la educación, la desigualdad social, la libertad y el avance en el conocimiento. Al menos ya se sabe que la etiología del mismo es el tribalismo nacionalista. Algo es algo.