La Semana Santa hace años que trascendió de esos siete días de procesiones con la única tregua del Sábado Santo en Málaga. Las cofradías, llevadas por el cambio social, buscan estar presentes todo el año. El que no se mueve no existe. Hoy en día es impensable que una organización, cualquiera que sea su naturaleza, sólo exista para un día al año.

Las cofradías malagueñas, gracias a sus casas de hermandad, se han convertido en fenómenos sociales que acogen un gran número de eventos, pero siempre con el trasfondo del espectáculo en la calle, la procesión.

Este martes por la noche se anunció una magna procesión con diez imágenes de la Virgen que han sido coronadas en Málaga como evento para celebrar el 150 aniversario del patronazgo y el 75 de la coronación de Santa María de la Victoria.

Los cofrades cumplen ese dicho originalmente dedicado a una orden religiosa: «Donde hay dos capillitas existen tres opiniones». No faltaron los indignados, los exaltados, los congratulados€ La mayoría desde una visión cofradecéntrica. La magna mariana de Málaga no es única, ya se han vivido otras en Córdoba o Granada recientemente.

El 26 de mayo Málaga se llenará de cofrades de toda Andalucía. Pero, ¿y los que no son cofrades, qué? Ellos también tienen opinión. Muchos de esos que no son cofrades transigen con el meneo casi semanal de procesiones, otros -los menos- se quejan. Quienes se quejan aducen motivos religiosos. Qué antigua queda esa excusa ahora que se puede condecorar a la Virgen sin tener un barniz religioso. El problema de estas procesiones magnas es que parece que no se les dota de un sentido real€ Que no se diluya en esta ocasión.