Por qué crece la homosexualidad

Un cura de un barrio barcelonés ha armado un escándalo al criticar ferozmente la homosexualidad, «pecado gravísimo, que se está llegando a creer natural». Imita así a los antiguos curas ‘de misa y olla’, como si estuviéramos todavía en la época en que Yahvé mandaba a Adán «Creced y multiplicaos», ahora que ya somos más de siete mil millones, con enormes problemas de distinto tipo, y el mismo papa Francisco acaba de advertir de que «no hay que multiplicarse como conejos».

Maestros ignorantes son los que hoy desconocen que en todas las especies, -desde las moscas hasta las personas-, surgen conductas sexuales no reproductivas cuando hay superpoblación. La homosexualidad, pues, es una práctica no sólo natural, sino adecuada y beneficiosa para toda la sociedad. Eso explica -más que el respeto a la diversidad, en que avanzamos aún poco- la creciente aceptación de la homosexualidad en un mundo tan poblado y hacinado en gigantescas ciudades como es el nuestro. Y el incremento es mayor donde otros prejuicios pseudoreligiosos impiden el uso de anticonceptivos eficaces en las relaciones heterosexuales.

M. Sagrera CapdevilaMijas