Confieso que me encanta la palabra "postureo", (que no se quién ha inventado) y para no desgastarla la uso poco. Bien, ha sido evidente el postureo de Putin marcando distancias de USA en los conflictos de Corea del Norte y del ciberataque, para sembrar dudas sobre su idilio con Trump. Ya vimos un postureo anterior de Trump, tirando una bomba enorme en Siria, pero avisando antes al ruso. Tratándose de amores prohibidos, los amantes tienen que disimular. El problema será que, en una de estas, si el cerco contra Trump se estrecha en casa, el postureo (de uno u otro) para no seguir dando que hablar acabe desatando un conflicto de veras, porque las armas las carga el diablo. Encima los militares, que saben más de la guerra que del amor, no entienden estas sutilezas, y pueden interpretar un desdén fingido (para alivio del público contrario al affaire) con una declaración en toda regla.