'Los perritos de mi vecina', por Bartolomé Florido

Tengo una vecina que tiene dos Yorkshire y esta buena señora todos los días los saca y da un largo paseo con ellos. Los perritos hacen su pipí y defecan en las aceras, que inmediatamente ella recoge los excrementos con su bolsa y los tira al contenedor de residuos sólidos. Una de las cosas que durante años me ha "impactado" es que los perritos, que entre los dos no pesan ni 1 kg, ambos llevan bozales. Durante mucho tiempo he estado peleando con mi capacidad mental, preguntándome ¿por qué llevan bozal estos perros tan chiquititos? La semana pasada, no pude aguantar más y le dije: "Estimada vecina, esos perritos por su tamaño no le pueden dar un bocado ni a una lagartija, menos a una persona y siempre usted le pone bozal a ambos". La señora me dijo: "Señor Bartolomé, leo casi todo lo que usted escribe en la prensa, la mayoría de sus argumentos no me gustan y el resto ni fú ni fá, pero además con la pregunta del bozal, me demuestra usted que es un ignorante supino. Si mis dos niños y me refiero a mis perros llevan bozal no es porque tema que vayan morder a nadie sino lo que me da miedo es que se traguen un chicle de los que tira la gente al suelo, que morreen escupitajos o se envenenen con todos los excrementos, cáscaras de pipas u otro elemento, que destroce sus pequeños intestinos". La señora me dio una clase de civismo, que no me la había dado ningún pedagogo de los que me enseñaron urbanismo.