Me agrada leer la gran acogida de la exposición temporal La apariencia de lo real. Cincuenta años de arte realista en España en el museo Carmen Thyssen, cerrando la muestra con más de 45.000 visitas, de las cuales el 86,6 % fueron españoles. Estos conceptos: apariencia y realidad están íntimamente ligados a este periplo del incipiente otoño que comienza en Málaga con muchos frentes abiertos. Uno de ellos, el hotel Torre del Puerto -proyecto icónico para algunos-, reúne ese dualismo entre lo aparente - cualidad de lo que se ve desde fuera- y lo real, un diseño provocador, el cual ha generado controversia desde su presentación hace ya un año.

Lo virtual, un hotel de cinco estrellas Gran Lujo de 135 metros de altura, con 35 plantas y 350 habitaciones, todo un dispendio ostentoso de servicios y usos complementarios de ocio; lo concreto, una idea sobre la que el pertinente Colegio de Arquitectos de Málaga proyecta la duda sobre los beneficios que pueda deparar para la ciudad debido a su aislamiento de la ciudad, inapropiado emplazamiento e insostenibilidad en ámbitos ambientales, urbanos y sociales. Es esencial realizar un estudio en profundidad, competente y consensuado, lo más ecuánime posible sin rédito establecido, para evaluar las futuras secuelas adversas generadas por este plan antes de convenir su aceptación.

Aplicando la teoría de la apariencia y la realidad en este propósito, la primera sería la forma de manifestar la verdad a los malagueños que lo intuyen, mientras que la realidad es todo lo que engloba a esta fortificación áurea, esto es, va más allá de como la perciben los promotores. Parafraseando a Tolkien, debemos pensar que no toda torre de oro reluce, ni toda la gente errante -sin conocimientos expertos- está perdida. Nos dice el escritor austríaco Karl Kraus: «Aparentar tiene más letras que ser». Reflexionemos.