El secuestro de la sociedad catalana

Decía Íñigo Errejón en uno de esos tuit sesudos que de vez en cuando nos brinda, que había que pasar «de la primacía de la lógica plebiscitaria a la de la seducción para permear la sociedad civil y el Estado» y, me ha venido a la cabeza el problema del independentismo catalán y de cómo se ha utilizado la lógica plebiscitaria con la populista añagaza del derecho a decidir en un referéndum y el caso, es que ese discurso ha calado en una parte de la sociedad catalana, la comprometida, quedando secuestrada y muda la gran mayoría entre el miedo a discrepar por el peligro a ser tachados de vaya usted a saber qué y el «síndrome de Estocolmo» que supone seguir con agrado el dictado de aquel que sabemos que nos manipula descaradamente. Sin duda, me quedo con la segunda parte del tuit del diputado de Podemos y sí, hay que permear la sociedad civil pero con propuestas honestas; permear al Estado, pues eso, lo veo más utópico.

Francisco Javier España Moscoso. Málaga

Matar mosquitos a cañonazos

¿Matar mosquitos a cañonazos? No: ya no son unos pocos mosquitos normales, sino una amenazadora plaga de mosquitos furiosos, envenenados por una falta de sanidad tolerada durante décadas por los Gobiernos centrales para conseguir los votos de una mafia conspiradora. Tampoco son cañonazos, sino una intervención quirúrgica a vida o muerte de un cáncer que debiera haber sido extirpado mucho antes de que dañara a la mayoría de los catalanes, españoles e incluso europeos. De modo que, grosso modo, ese matar mosquitos a cañonazos describe muy bien lo que por su devastadora incapacidad está teniendo que hacer por fin, en estos trágicos días, Mariano Rajoy Brey.

Martin Sagrera Capdevila. Málaga