En la época tanto de indefinición como de confusión ideológica que vivimos, los conocidos en la jerga de internet como trolls encuentran el terreno más que abonado para sus fechorías electorales.

En las últimas presidenciales estadounidenses, la victoria de Donald Trump se vio facilitada por la acción de activistas de las redes, los llamados trolls, duchos en el uso de las redes para manipular la opinión pública.

Fueron ellos quienes en su día negaron legitimidad al presidente Barack Obama con el falso argumento de que había nacido en Kenia o difundieron la noticia de una supuesta red de prostitución pedófila gestionada nada menos que por Hillary Clinton en la trastienda de una pizzería de Washington.

Algunas de las informaciones que circularon en la última campaña en torno a la rival demócrata de Trump se atribuyeron a la acción de ciberpiratas rusos, lo que alimentó la teoría de que el Kremlin había facilitado la victoria de aquél porque disponía de material con el que chantajearle si llegaba a la Casa Blanca.

Desde entonces, con pruebas o sin ellas, cada vez que en algún lugar de Europa tienen lugar elecciones, se habla de intentos de manipulación por parte de hackers rusos en connivencia con círculos occidentales de extrema derecha igualmente activos en las redes.

Uno de esos círculos de activistas, llamado Reconquista Germanica, además de amenazar a partidos como los Verdes o a publicaciones

liberales o de izquierdas, se dedica a enviar a través de las redes sociales todo tipo de "memes": fotos, imágenes o vídeos manipulados.

Su objetivo es ayudar al partido xenófobo Alternativa para Alemania (AfD) a entrar por primera vez en el Parlamento federal, atacando sin el mínimo rubor a la canciller Angela Merkel, a la que acusan de haber traicionado al país.

El profesor alemán Simon Hegelich, especialista en desinformación, advierte de la actividad creciente de plataformas de internet como 4Chan y Reddit, que en las últimas elecciones estadounidenses se dedicaron a propagar falsas informaciones para perjudicar a los demócratas.

Los activistas que gestionan esas plataformas difunden ahora informaciones para desacreditar tanto a la cantiller Merkel como a su rival socialdemócrata, Martin Schulz, y a los partidos a su izquierda, al tiempo que siembran el odio a la población inmigrante.

En su campaña de desinformación y manipulación del electorado, la Internacional de la extrema derecha recurre cada vez más a los llamados bots, programas informáticos automatizados, y se vale también de redes sociales distintas de Facebook o Twitter.

Una de ellas es la llamada Gab, con sede en Austin (Texas), cada vez más utilizada tanto por los ultras alemanes como por los neonazis norteamericanos, según informa el semanario Der Spiegel.

Entre los más activos en las nuevas redes figura el estadounidense Andrew Auernheimer, quien, bajo el seudónimo de Weev, difunde mensajes de odio a todo lo que no es blanco: musulmanes, judíos o negros, pero también homosexuales.

En su portal, Daily Stormer, nombre que recuerda el del semanario antisemita del Tercer Reich Der Stürmer, el neonazi Auernheimer truena diariamente contra la política alemana de refugiados y contra la canciller, a la que llama "puta comunista".

En la campaña electoral estadounidense, ese individuo y sus secuaces se dedicaron ya a inundar las redes de mensajes a favor de Trump y de mentiras sobre la demócrata Clinton.

Más tarde intentaron manipular las presidenciales francesas y ahora tratan de hacer lo mismo con las generales de este mes en Alemania. No culpemos pues sólo a los hackers rusos.