La historia está hecha de hitos dramáticos, de los que son protagonistas gente que se tomaba la vida muy en serio. El tiempo lo relativiza todo. Hoy los galos, masacrados por Roma, pueden tomarse la revancha jocosa con Asterix. ¿Cuál es la distancia mínima para desdramatizar? Forrest Gump lo hizo con la revolución contra la guerra de Vietnam, 30 años después. Es también, más o menos, el tiempo entre el patético episodio Iran-Contra (cuando Reagan) y la muy divertida Barry Seal, en cartel. Ésta, que bebe algo de Forrest Gump, logra hacer denuncia efectiva cambiando el registro grave por un sarcasmo amable. En tiempo real sólo lo habían intentado aquellos Alegres bromistas, con el genial Ken Kesey al mando, tomándoselo todo a broma en medio del fervor creyente de los 60, hace ya medio siglo. Metido Ken en Catalunya, veríamos si los de la CUP aguantaban un baño de humor radical.