Miguel, por siempre

Llevo años acercándome a esta sección. Hoy, sin duda, estoy ante la carta más sanguínea y necesaria. Se ha ido Miguel. Con dieciocho años. Mi ‘sobrino Miguel’. Miguel, el hijo de dos grandes, David y Noelia. Miguel el hermano. Inmenso Sergio, inmenso. Se fue Miguel, y mañana amanece. Saldré a buscarte. Lo haré. Buscaré tu sonrisa honesta, tu mirada humilde. Tu gesto. Cuenta conmigo (y con Inma). Sé que te hallaré. Lo sé. Tú, Miguel, nunca serás inexistente sombra. Nunca. Miguel, por siempre.

Francisco García CastroEstepona