Guy Fisher nació en el sur de Bronx, New York, en 1947. Tuvo una infancia difícil. Su madre enfermera pediátrica cuidaba de él y sus cinco hermanos, pero su padre dilapidaba en el juego y el alcohol los ingresos familiares. Guy se convirtió pronto en el cabeza de familia y se echó a la calle a buscar dinero. Estuvo en el reformatorio dos años por varios robos y abandonó la escuela secundaria. Al salir, su novia, Olive MacDonald, le puso en contacto con Leroy Nicky Barnes, el jefe de la droga en el Bronx. A los 25 años se había convertido en uno de los 7 socios del sindicato de Barnes, «The Council». Siete familias que se repartían la ciudad de NY para distribuir droga y recaudar dinero para la organización. En 1974, Guy era detenido por conducir con un carnet falso, intento sobornar a los agentes con 100.000 € que llevaba en el maletero y acabo en la cárcel. Este episodio significó su salvación. Coincidiendo con una portada de The New York Times que calificaba a Nicky Barnes como «Mr Intocable», el presidente Jimmy Carter exigió el desmantelamiento de la organización. El seguimiento sobre «The Council» coincidió con la presencia de Guy entre rejas, lo que se tradujo en que todos los miembros de la organización fueran condenados a cadena perpetua y él fuera liberado. Su historia inspiró la película de Ridley Scott, «American Gangster» en 2007, y un capítulo de la serie American Gangster: «The Guy Fisher Story».

Este hecho hizo que Guy se replanteara su vida y se convirtiera en empresario legal. Compró el mítico teatro Apollo de Harlem, convirtiéndose en su primer propietario afroamericano, y devolvió todo su esplendor al local de «The Supremes», Michael Jackson o Ella Fitzgerald. Pero cometió errores graves, por un lado volvió a traficar con drogas y por otro, tuvo una aventura con una de las amantes de su ex jefe Nick Barnes, lo que provocó que este llamara desde la cárcel a la fiscalía y se rompiera su silencio. Fisher fue juzgado y acabó en la cárcel donde aún está y Barnes en libertad dentro del programa de protección de testigos del gobierno.

Meses después de su entrada en prisión, su hermana Kiesha Fisher y Corey Wilson tuvieron un hijo al que en su homenaje llamaron Anthony Guy Corey. Anoche Corey Fisher se presentó en el Carpena como una de las grandes bazas del debutante San Pablo Burgos. Corey nació en Castle Hill (Bronx) con un run run a su alrededor. Todo el mundo conocía su historia aunque él no fue plenamente consciente de ella hasta que con 12 años su madre lo llevo a la cárcel para conocer a su tío. Corey tampoco tuvo una infancia fácil, pero a diferencia de Guy eligió otro camino. Se levantaba todos los días a las cuatro de la mañana para llegar a las ocho a St. Patrick High School en Elizabeth, New Jersey. Tomaba el autobús 22 hasta la estación de tren donde se subía en el tren 6 hasta la calle 33 y después de un largo paseo llegaba a la escuela donde empezó a escribir su historia.

Corey Fisher es un jugador de altibajos, capaz de anotar 105 puntos en un partido con 23 de 28 en triples, anotar 37 puntos en un partido televisado a todo el país con su High School ante la poderosa West Virginia de O. J. Mayo o ser jugador de la semana en la ACB, con actuaciones horrorosas como las que le llevaron a dejar el Joventut hace 4 años. Una decisión en la que también influyó que ante el primer impago mensual se plantará en el despacho de Jordi Villacampa para exigir su salario. Su actuación en la primera jornada fue muy mala y ayer mejoró con 11 puntos, pero no pudo con la superioridad del Unicaja.