En un primerizo otoño esbozado por los difusos días de incertidumbre ante el despropósito catalanista, el cual ha hecho descender desde Barcelona al arcángel de la cerveza, San Miguel, hasta los aledaños de nuestro aeropuerto para instalarse entre nosotros de forma más institucional, se desliza el surrealismo artístico en la ciudad gracias a la nueva exposición temporal del Museo Picasso de Málaga.

Somos plenamente libres. Las mujeres artistas y el surrealismo exterioriza la obra de un colectivo de damas creadoras quienes en la década de 1920 estuvieron vinculadas, de una u otra forma, a este movimiento literario y estético. El surrealismo buscaba difundir lo real desde el estímulo de lo imaginario; así la muestra de este grupo de dieciocho autoras, que reúne un total de 124 obras facilitadas por una treintena de colecciones internacionales públicas y privadas, se nos presenta como un acto reclamado por un equitativo reconocimiento del trabajo artístico, dentro del contexto surrealista, de unas mujeres las cuales no formaron parte de esta corriente e incluso algunas se desmarcaron de la misma.

Lo que sí fascina de ellas es su debate con esta tendencia surrealista -asentado por un espíritu infiltrado de rebeldía y apasionado enfrentamiento-, la cual rechazaba, desde su contradictoria teoría de igualdad y alternativa artística de la mujer, la creatividad de éstas, quienes eran consideradas por los varones surrealistas como «esposas, musas u objetos sexuales».

Nos espera una selección de contenidos con una gran calidad artística que guardan tras de sí unas vidas enrevesadas en la búsqueda individual y constante hacia la plena libertad. Aceptemos la invitación de Leonora Carrington: «Para mí todo es magia».