La ventisca

La puerta del refugio donde van a parar los personajes de «Los odiosos ochos» ( Q. Tarantino), la puerta, se abre fácilmente debido a la ventisca. Hay que clavarle dos tablillas. Dos. Con una no basta.

Con una sola tablilla no hay puerta que resista. Nadie de los presentes discute el número de tablillas. Es de una lógica aplastante. Aplastante y confortable.

Hace tiempo ya, que los Estados - nación (UE), saben que reforzando la puerta, la ventisca pasará sin dejar huella importante. Es una obviedad, que atendiendo a la puerta se están olvidando descaradamente de muchas partes del habitáculo. El reparto de víveres tampoco es muy justo, y hay vigas muy obsoletas.Discutamos todo lo que halla que discutir, con las dos tablillas, la ventisca no ensordecerá las palabras. Pasada la ventisca, juntos, podremos celebrar el Día sin Sombrero.

Incluso, puede sonar el piano. Y si no gusta la melodía, pues a discutirla toca.

Con dos, o más tablillas, la puerta es más fuerte; y fuerte no es débil. De eso se trata. De eso.

Cuando escribo fuerte, no hablo de poder. Hablo de pueblos. De pueblos.

Francisco García Castro. Estepona