Lunes, 16 de octubre, a las 10 de la mañana. Es el momento en el que termina el plazo dado por el Gobierno al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, para que aclare si el día 10 declaró la independencia de Cataluña. Si la respuesta es afirmativa, el presidente catalán tiene tres días para rectificar o, de lo contrario, se pondrá en marcha el artículo 155 de la Constitución, que significaría la suspensión de la autonomía catalana.

En el momento de redactar estas líneas hay dudas sobre cual será la respuesta de Puigdemont. Si PP y PSOE confían en que el presidente catalán adopte una postura que facilite el diálogo, en el independentismo (tras la suspensión de la Declaración Unilateral de Independencia, DUI) crecen las presiones para que Puigdemont levante la suspensión de la DUI y se intente hacer efectiva la secesión (especialmente, en Esquerra Republicana, la CUP y la Assemblea Nacional Catalana- ANC).

Por otra parte, el frente judicial puede influir en la respuesta de Puigdemont. El mismo lunes comparecen, en la Audiencia Nacional, los responsables de la ANC, Òmnium Cultural y el Mayor de los Mossos d´Esquadra, Josep Lluís Trapero, para declarar sobre un posible delito de sedición, por los altercados vividos en Cataluña hasta el referéndum del día 1. La entrada en prisión preventiva de alguno de ellos podría precipitar los acontecimientos.

En cualquier caso, el Gobierno espera con confianza la respuesta de Puigdemont (tras la falta de apoyos externos al independentismo y la huida de empresas catalanas a otras partes de España). Si Puigdemont ratifica la independencia, el PP cree que habrá pocas reticencias para aplicar un 155 prolongado (a diferencia de PSOE y Ciudadanos, que buscarían suspender la autonomía de manera breve, para convocar elecciones autonómicas). Veremos.