Si algo tienen de bueno las redes sociales es que puedes acceder directamente a la gente, o al menos a la gente que escribe lo que piensa. Entre esa gente están los políticos, me refiero a que están en redes sociales, no que necesariamente digan lo que piensan.Entramos en el maravilloso mundo de la comunicación política y en estos días Limasa es el tema estrella. Estamos presenciando un debate en el que se están viendo las posturas de los partidos sin trampa ni cartón; directamente desde La Casona al ciudadano. Sin filtros.

El equipo de gobierno del Ayuntamiento comandado por el alcalde Francisco de la Torre pide informes, muestra su desacuerdo entre sus propios concejales e incluso no esconde que son un partido dividido en esta opción. Un PP con dos cabezas o sin una cabeza clara.

Luego está la postura de Málaga Ahora que acusa a los privados de «llevárselo calentito» y ese es el mejor de los argumentos de Torralbo.

El PSOE. en su ya tradicional forma de comunicar, ese «que sí» y «que no», que incluso llegó a las primarias con un candidatus interruptus como Ignacio López, sigue sin saber si va a chicas o a grandes. De hecho su portavoz en el Ayuntamiento, Daniel Pérez, tiene un tuit fijado en el que asegura que «hay que hacer algo con Limasa», poniendo en evidencia que su obligación es precisamente aclarar en qué consiste ese «algo» y no simplemente en demandarlo.

Ciudadanos, en su afán pedagógico, ha optado por contarnos qué quiere hacer. Guste o no su opción - la de privatizar- es desde luego quien mejor lo está explicando, y no solo con un afán electoral sino diciendo lo bueno de privatizar, las consecuencias que tiene y lo que se va a conseguir, es decir, explicando y proponiendo ideas. No le duelen prendas en asegurar que va a acabar con los privilegios. Los de las empresas que verán su contrato cancelado si no cumplen y los de los trabajadores con puestos hereditarios. 10 puntos explicando su modelo de gestión. Eso es transparencia y no tuits de concejales en eventos o de baldeando.

#LimasaPideCambio y los malagueños claridad en la comunicación política.