Las tarde de domingo son los minutos de descuento de la semana. En ellas, o hay prisas por meterle un gol a la semana siguiente para que no llegue muy cargada, o bien lo que prefieres es perder el tiempo para que acabe cuanto antes. El pasado domingo esos minutos de la basura se vieron sorprendidos por el adiós de Moreno Brenes.

Pedro Moreno Brenes fue el candidato de Izquierda Unida al Ayuntamiento de Málaga en las elecciones de 2011. Tras esa legislatura, ya en 2015 Izquierda Unida empezó su fusión con Podemos y a Moreno Brenes no le encontraron hueco.

Moreno Brenes, comunista de ideas, más de ética que de estética, ha acabado por huir de un partido que ya es irreconocible.

Ha sido criticado por ser cofrade, por ir de chaqueta casi siempre, en lugar de llevar algún atuendo cuidadosamente descuidado. En definitiva no encaja en el modelo de la política moderna de Podemos en la que no importa la veracidad o la coherencia de lo que se diga, y sí lo que avive a tu audiencia. El titular, el tuit, lo inmediato.

Ahí no ha entrado Moreno Brenes. Muchos podrán decir, que no ha sabido subirse al nuevo carro de la política o de la comunicación política. Pero sinceramente, si el carro de la política es la deriva del chascarrillo, del voto visceral y no racional, que sean otros los que, como Thelma y Louise, se suban y se despeñen.

Me queda la duda de qué pensará Alberto Garzón de la marcha de Moreno Brenes.

Sin caer en el paisanismo, no cabe duda de que Pedro era un valor en el partido y de Málaga, y Garzón como máximo responsable de IU, tendría que evaluar con tranquilidad cómo se está mudando de piel de IU y pasando de ideas a posturas.