No es que esté mal, que no lo está, que un representante de los ciudadanos se preocupe y critique la espera que sufren los mismos para la obtención de un DNI. En Málaga la cita puede tardar hasta los 40 días, motivo por el que el diputado socialista Heredia, con acertado tino, ha alzado su voz ante el Gobierno de la nación. Los representantes del pueblo están también para eso, para velar noche, día y fiestas de guardar por aquellos que le han encomendado tan honorable tarea.

Lo que no está tan claro en este caso es si la tarea encomendada, está cumplida a medias o incumplida del todo. No es por falta de razón en aquello del DNI, sino por el silencio cómplice en otras muchas esperas que soportan los ciudadanos y que, seguro nada tiene que ver con su distinta vara de medir los tiempos de demora, son responsabilidad del gobierno andaluz.

Quizás algún malpensado crea que por aquello de pertenecer al mismo partido que gobierna en Andalucía nuestro diputado no se remangue con el mismo ahínco, en este caso ninguno, en defender a pacientes con cáncer que esperan hasta dos meses a que se le haga una biopsia, o hasta dieciséis meses que algún andaluz ha soportado de espera para una operación de hernia. Debe ser desconocimiento de la realidad andaluza porque tanta torpeza no cabe en un cuerpo, o sí.

También debe ser por desconocimiento el callar que en Andalucía los dependientes tengan que esperar hasta tres años en recibir las ayudas, o que el Defensor del Pueblo andaluz haya tirado de las orejas a la Junta de Andalucía por el retraso, de más de un año, en el pago de las ayudas de alquiler de casi catorce mil familias con escasos recursos en nuestra comunidad y a las que tanta tardanza les haya dejado sin hogar.

Es lo que tiene cuando uno no se opera de hernia, no tiene pendiente cobrar ayuda por la dependencia o no tiene dificultades para pagar el alquiler, que desconoce la otra realidad, la más necesitada, donde cada día, semana o mes de espera acucia más que un DNI caducado que, por cierto, aunque haya vencido no paraliza una cita previa, una intervención quirúrgica o una ayuda a la dependencia.

Representar a los ciudadanos es mucho más que preocuparse por lo accesorio y silenciar lo importante. La gente tiene prioridades que atender y, sin restar importancia a lo del DNI, hay que conocer lo que verdaderamente preocupa a los que representas, hay que saber lo que puede o no tener espera, y la asistencia social y sanitaria no la tiene porque de ellas depende la vida de las personas. Aunque para el diputado su único problema sean los cuarenta días que pueda tardar renovar el carnet de identidad, para los andaluces sus verdaderos problemas son otros, incluido el desconocimiento del diputado.