¿Será posible que (como he leído) el pueblecito inglés en que Isabel Coixet desarrolla el filme La librería, tan acogedor y apacible en apariencia como tiránico y excluyente en el fondo, evoque la Catalunya del nacionalismo?. ¡Una peli de denuncia política en lenguaje críptico, a estas alturas! Conforme vamos descubriendo ahora la maquinaria patriótica, disfrazada de buen rollito, que durante décadas había ido construyendo esta gente, le entra a uno el miedo. En esa cavilación estaba cuando leo el artículo de Joan Manuel Serrat en el que exige que el Barça despeje cuanto antes las dudas sobre la renovación de Messi, invocando como bandera el joyceano «si no se puede cambiar de país, cambiemos de tema». Luego leería la encuesta sobre el silencio de los no independentistas. ¿Habrá sido providencial la crisis catalana para ver Alien fuera de su guarida antes de que fuese demasiado tarde?