25 años a pesar de todo, así definiría yo el aniversario del Parque Tecnológico de Andalucía, con esta frase que parece un título de una canción de Aute. El PTA como se conoce a la tecnópolis malagueña es una gran zona de Málaga, y que fue creado en el año 92 con el propósito de ser un lugar para ubicar empresas que se dedicaran a las nuevas tecnologías.

Sin embargo han sido muchos los golpes que ha tenido que sufrir el PTA, a pesar de los cuales ha sido un éxito. El primero fue la creación de otro parque tecnológico, en Sevilla, donde si no. Andalucía pasaba en dos años de no tener parque tecnológico a tener dos. Esto hizo que algunas inversiones ni llegaran, mostraban interés por un sitio, competían con otro y se iban, no focalizar en un sitio impidió que el PTA arrancara mejor de lo que lo hizo. Posteriormente llegaron los especuladores, aquellos que lo que querían era construir su edificio de oficinas y venderlo o alquilarlo alterando artificialmente la oferta del suelo. La administración andaluza tampoco ha ayudado con algunos fiascos y escándalos como el caso del I2BC. Varias crisis, que se llevaron por delante empresas como Vitelcom, gran apuesta por fabricar móviles en España y que no prosperó pese a vender muchos terminales, pero su dependencia con escasos clientes le impedió mantenerse. La propia ubicación del PTA no era la mejor, una zona apartada de Málaga, mal comunicada hasta hace poco y con una climatología un poco peor que el resto de la ciudad.

Sin embargo, y a pesar de todos estos inconvenientes, el PTA es el gran invento de los últimos años de Málaga, le queda por delante el reto de extender su marca y modelo más allá de su mera ubicación física. En una era donde los bits ganan a los átomos, toda la costa malagueña debería respirar PTA, con subsedes por ejemplo. Porque la innovación ha de ser extendida y no se le pueden poner puertas al parque.