La educación nunca ha sido un gasto, siempre ha sido una inversión, sólo los mediocres lo han visto como un debe en una cuenta de resultados. El baloncesto y el deporte en los colegios no es ruido, es formación, es una inversión para el futuro en una vida más sana. Es una inversión en las relaciones personales entre los niños. El bote de un balón no es ruido, es probablemente alejar a un niño de la televisión o de la calle. Es darle unos hábitos saludables, sanos, para que el día de mañana tenga una vida mejor. Seguramente no todos lo aprovecharan pero la gran mayoría sí lo hará. Si creemos que los botes son ruido la mayoría de esos niños estarán delante de la televisión o en la calle y algunos nunca saldrán de ahí.

Todos tenemos en nuestras comunidades y en nuestras urbanizaciones vecinos que odian a nuestros hijos. Gente que no soporta verlos jugar, verlos felices. Gente que no entiende que los niños juegan, se divierten, hacen deporte, se forman, se ríen, mucho más que nosotros por cierto, y que cuando hacen estas cosas no hacen daño a nadie, simplemente se están formando para ser mejores personas y no parecerse a las personas que quieren prohibirles que jueguen o que boten un balón. Hace unos días veía en internet un parque donde ponía: prohibido jugar a la pelota, prohibido andar en bicicleta, prohibido andar en patinete y debajo alguien puso un grafiti que decía: «pues nos drogamos».

Los políticos y los jueces hacen muchas cosas que no entiendo pero ésta es quizás una de las más incomprensibles que recuerdo. En una sociedad individualista donde cada vez los niños pasan mas tiempos delante de una tablet, un teléfono o un ordenador, donde se puede vivir aislado en una habitación y pedir todo lo que necesitas sin hablar con nadie, sólo con una conexión a internet: jugar al baloncesto o practicar otro deporte es socializar, relacionarse, convivir, compartir, adquirir unos valores que nos alejen de ese individualismo y nos devuelvan a una sociedad más colectiva e igualitaria.

Dejar que la denuncia de una sola persona deje sin extraescolares y sin baloncesto a miles de niños es una ofensa a la razón. Sobre todo cuando esos mismos jueces no son capaces de conseguir, a pesar de las miles de denuncias, que los bancos devuelvan el dinero estafado a miles de ciudadanos a través de las preferentes, o que se cumpla la ley de la dependencia y se paguen las ayudas a las personas que más lo necesitan. Está claro que es más fácil meterse con unos niños y unos colegios que contra un banco o un gobierno. La valentía no viene de serie.

El alcalde dice ahora que no sabía lo que hacían sus concejales. Si eso es verdad ya está tardando en dimitir o en mandar a sus concejales a la cola del paro. Más bien parece que como las multas las debería pagar la Junta, alguno estaba contento de meterle el dedo en el ojo al rival político. Málaga es una ciudad maravillosa, de las mejores del mundo para vivir, con una gente acogedora y a la vanguardia en muchas cosas. No dejemos que se convierta en noticia por cosas como ésta. Málaga será en 2020 la capital europea del deporte y si nadie lo remedia, sus niños no podrán practicar deporte en sus colegios. Paradojas de la vida€