El hombre va camino de poder reconstruirse a sí mismo con su propio material. Bienvenidos a la era de los recambios orgánicos para nuestros cuerpos enfermos. A principios del pasado mes de noviembre, Nature difundió un avance científico extraordinario. Tenía nombre de niño: Hassan, de sólo siete años, había encontrado una cura para la devastadora enfermedad que padecía, epidermolisis bullosa, piel de mariposa. Su piel era frágil y estaba llena de ampollas. De hecho, sólo tenía epidermis en la cabeza y en una pequeña parte de la pierna izquierda. Pero este niño, que había llegado a Alemania con sus padres, refugiados de la guerra de Siria en 2013, contó con la ayuda del Hospital de Niños de la Universidad de Bochum, que a su vez acudió al científico italiano Michele De Luca, de la Universidad de Módena. De Luca ya había injertado piel genéticamente modificada en pequeñas partes del cuerpo. Y lo volvió a hacer con Hassan, pero esta vez en una cantidad nunca antes conseguida. Partiendo de células de la piel de Hassan, corrigió la mutación del gen LAMB3 que causaba la enfermedad y, como si fuera un trabajo de pachtwork, el niño fue envuelto por su propia piel sana cultivada. Tras pasar meses vendado en el hospital salió completamente curado. La vida de Hassan cambió para siempre, «pero también marcó un éxito clínico raro y largamente esperado para el campo de la medicina regenerativa, que ha sido criticado por ofrecer sólo un puñado de terapias después de años de exageración», subraya The Guardian en un amplio reportaje que dedica a De Luca. El próximo proyecto de este científico, una colaboración con expertos del hospital infantil Great Ormond Street de Londres, tiene como objetivo crear un esófago funcional para un ser humano a partir de un órgano de cerdo que se ha descelularizado; un proceso en el que se lavan todas las células y el material gené- tico del animal donante y se reemplazan con células madre humanas tomadas del paciente. El equipo ha tenido resultados «prometedores» en un estudio en conejos que se espera se publique en los próximos meses. Van a ensayar con cerdos antes de comenzar en pacientes humanos en 2019. Su objetivo es curar a bebés con atresia esofágica, que nacen sin una parte del esófago. La carrera por fabricar biorrepuestos va lanzada y The Guardian, señala también otros protagonistas de esta nueva era para la medicina como a la investigadora Patrizia Ferretti, que dirige un equipo que trabaja en cartílagos cultivados en laboratorio y cuyo objetivo es construir nuevos orejas para los niños que nacen sin ellas. O el caso del profesor Doug Melton, dedicado a investigar sobre células madre en la Universidad de Harvard y cuyo hijo sufre diabetes tipo 1. Por eso busca cómo crear e implantar las células beta del páncreas creadoras de insulina. En 2020 asegura que estará en condiciones de hacer sus primeros ensayos clínicos con humanos.