La elección de Mário Centeno, ministro de Finanzas del Gobierno de izquierdas de Portugal, como nuevo presidente del eurogrupo, el foro de los titulares de Economía de los 16 países de la Unión Monetaria Europea, tiene muchas lecturas.

La primera, que no todas las instituciones europeas tienen por qué estar en manos de conservadores y que desde la península ibérica se puede aspirar a un cargo de este peso económico a pesar de que Luis de Guindos lo intentó sin éxito en la anterior renovación, la de 2015.

La segunda, el respaldo al Gobierno de coalición de Portugal, que preside desde noviembre de 2015 el socialista Antonio Costa con el apoyo de los antisistema del Partido Comunista Portugués (salir del euro y de la OTAN) y los marxistas de Bloco de Izquierda (reestructurar la deuda). Contra todo pronóstico, el acuerdo de mínimos sigue en pie y ello sin renunciar a la aplicación de importantes recortes y reformas que demandaba la UE. Ello ha sido posible combinando la tijera con el desfibrilador, aplicando políticas de estímulo de la demanda, como la subida del salario mínimo o las pensiones, para devolverle las constantes vitales a la economía. El tratamiento, aplicado en su justa medida, ha tenido tanto éxito que algunos ya hablan de Portugal como el faro atlántico.

Y esa es la tercera lectura, la elección de Centeno simboliza la luz al final del túnel de la austeridad en la UE. El nuevo presidente lo expresó a su manera en su primera comparecencia en el cargo: «es la oportunidad de escribir un nuevo guión para la eurozona». Nadie como este exprofesor de Harvard simboliza, en estos momentos, el abandono del ascetismo.

Aunque también es cierto que a su elección contribuyeron los piropos de reputados dirigentes europeos. El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, aseguró estar «impresionado» con la marcha de la economía lusa y el exministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble, apasionado del fútbol, había calificado a Centeno como «el Cristiano Ronaldo del Ecofin», el grupo de ministros de Economía de la UE.