Recuperar los baños del Carmen y que dejen de estar en el limbo administrativo. Saber si en los antiguos terrenos de Repsol vamos a tener un parque, un complejo de rascacielos, un semiparque o todo lo contrario.

Arreglar la movilidad de la ciudad para que la zona Este no quede incomunicada cada vez que caen cuatro gotas, se cae un árbol, se encienden las luces de la calle Larios, hay una carrera, un evento o simplemente porque sí.

El metro, que se decida de una vez a dónde y por dónde va a ir el metro de Málaga. Ese tan vitalizador, dinamizador y supermineralizador.

Saber si Limasa seguirá y cómo seguirá, no tiene sentido que sabiendo que el contrato termina, no se tome una decisión sobre el modelo de limpieza de ciudad que necesita la ciudad.

Averiguar si el caso de las gemas realmente quedó en nada o hubo algo. ¿Tenemos conclusiones? ¿Responsables? ¿Están claras las cuentas?

Conocer las intenciones del alcalde sobre su candidatura a las próximas elecciones, sobre todo teniendo en cuenta que muchas de las decisiones que tiene que tomar son para varios años, por tanto es posible que no disfrute él del honor de gestionarlas.

Todas estas cosas son importantes para los malagueños y deben tratarse con extremo cuidado. Además muchas de ellas son urgentes o al menos deben decidirse en un periodo corto de tiempo.

Por tanto parece que no es razonable que la urgencia y la importancia del Consistorio esté puesta en multar y no dejar jugar al baloncesto a unos niños en sus colegios.

Sin botes no hay paraíso.