El pasado 4 de diciembre expiró el plazo dado en 2013 para alcanzar la accesibilidad universal de las personas con discapacidad. Ha habido tiempo desde entonces para garantizar, al menos, que puedan salir de sus casas. Promesas han habido, demasiadas, pero lo cierto es que actualmente en Málaga hay demasiadas viviendas sin ascensor donde, mayores y discapacitados son condenados a su arresto domiciliario.

Mayor, discapacidad y vivienda son competencias de la Junta de Andalucía, y eso no escapaba al expresidente Chaves para, en el año 2004, engañar a cambio de un puñado de votos prometiendo ayudas para instalar ascensores en aquellos edificios que no contaban con ellos, pero una vez más la esperanza se tornó en espejismo.

Ya en 2015, Susana Díaz adquirió el mismo compromiso, prometer es gratis, y se comprometió a pagar las ayudas reconocidas 5, 6 y 7 años con anterioridad, reconociendo así que la Junta no había pagado las mismas pese a ser anunciadas en su día a bombo y platillo, una vez más todo valía, incluso la mentira, a cambio de otros cuantos votos.

Una ley no tiene más valor que la voluntad de ser cumplida, y en Andalucía en lo que a ayudas para que las personas con discapacidad puedan salir de sus casas, la voluntad ha sido y es, cero. Sólo en Málaga hay siete mil viviendas sin ascensor, normalmente en edificios antiguos donde residen personas mayores o discapacitados a los que les cuesta la vida simplemente poder salir para acudir a una cita médica. Quizás porque ya no pueden salir ni a votar, es por lo que la Junta de Andalucía los ha olvidado condenándolos a vivir presos en sus propios domicilios. Desoyendo incluso al Defensor del Pueblo andaluz quien ya informó en 2010 que, ante la falta de ascensores, habían personas que por edad o discapacidad, no podían salir de sus casas.

En los últimos siete años el gobierno autonómico sólo ha concedido en Málaga 22 ayudas a comunidades de propietarios para adaptarlas al plan de accesibilidad, ha rechazado 302 solicitudes, sólo ha ejecutado partidas por 600.000 euros aunque aún estén pendiente de llegar a los beneficiarios y ha dejado de ejecutar presupuesto por más de 2.000.000 de euros. Una vez más, el movimiento se demuestra andando y la voluntad haciendo y, en este caso, no ha existido ni lo uno ni la otra, pero prometer, seguirán prometiendo.