'Lo mejor del año', por Francisco García Castro

El ano está terminando. Sí, el ano. Han leído bien. Lo sé, se me olvida la virgulilla (o tilde desinhibida -¡que maravilla!)- que acompana a la ene. Saben, la (ñ) es la Einstein de las letras. Inteligente aportación, con siglos de permanencia y reconocimiento académico y popular a sus espaldas. Los escribas medievales decidieron expresarla así para ganar tiempo y espacio. Hasta ese momento, el sonido de la (ñ)se traducía con dos letras: nn, gn. Estas acepciones son a día de hoy rotundamente legítimas (portuguesa y francesa. Sin olvidar la acepción catalana de la ny). Pero, ¿y qué ha sido de la legitimidad de la ñ? Búscala en tu teclado. A ti te lo digo. Búscala en un correo electrónico. Si a ti, uno de esos cerca de quinientos millones de hispanohablantes. Lo siento, hoy no quiero bajar al sótano, para poder escribir sobre lo mejor del ano. Dicho lo cual, cierro la presente para evitar malentendidos. Hoy no quiero bajar al sótano. Manana? Manana será inútil el empeno. Pero hoy, hoy no. Feliz ano nuevo.