En Málaga, cuando comienzan las rebajas la gente se tira a la calle, colas en los grandes almacenes, calle Larios abarrotá y el autobús está lleno de gente que va al primer día de rebajas como si no hubiera un mañana. En Málaga, cuando llueve, bastante como ayer o simplemente cuatro gotas, la gente no sale de sus casas, anula citas, no va al médico, no acude a reuniones («Es que está lloviendo» se excusan muchos), he visto ojos de noruegos volverse de susto al oír que por culpa de la lluvia se suspende una reunión.

Pues bien, ayer llovió bastante; durante todo el día, hizo frío fuera de las casas, ya sabemos que frío dentro de las casas, en Málaga, hace siempre. Ayer, además, era el primer día de rebajas, no es una berza gratis, pero es un gran acontecimiento para las masas malagueñas, esas que acuden para que podamos asegurar que en Málaga hay gente pa tó.

Málaga estuvo a punto de implosionar, rebajas y cuatro gotas, todo el mismo día ¿qué hacer? El Centro tenía poca gente, las tiendas no estaban llenas, pero algún astuto comprador llevaba bolsas por calle Martínez. Es divertido ir con lluvia al Centro, los desniveles de aceras y calles lo dan todo de sí, crees que los charcos son para el campo hasta que cruzas por el paso de cebra de la Alameda, y saltas de rayas en rayas blancas (o amarillas) porque se forman ríos de agua entre ellas. Y esas famosas piedras de calle Santa María, que son tan resbaladizas, que podrían servir para jugar al curling (recuerden que en un mes empieza el curling en los juegos olímpicos de invierno). Hubo nieve en los montes, en Ronda por supuesto y hubo tentativa de nieve en Fuengirola, en la playa. Espetos on the rocks, todo es plantearlo.

En breve nos habremos olvidado de todo esto, seguiremos diciendo que el clima de Málaga es insuperable y, que como en Málaga, no se vive en ningún sitio. Pero qué frío hace dentro de las casas.