España es católica

Por supuesto, contra lo que pretendió ya Azaña, España en 2018 es todavía católica, como, y con más ‘mérito’ aún por ir contra su actual Constitución aconfesional, siguen siéndolo su bandera y corona, rematadas por una cruz, su sostenimiento por todos, con el truco de la crucecita que un tercio pone en el impuesto ‘religioso’, que lo es sólo porque debemos pagarlo religiosamente todos; como lo son la mayoría de las fiestas, etcétera.

Dado que ese impuesto religioso sostiene la Radio COPE, todos somos responsables de los innumerables mensajes de odio -católicos quizá, como en la última Cruzada, pero nada cristianos- con los que esa cadena ultra católica envenena la convivencia y divide a los españoles; como ahora al llamar, entre otras lindezas, «maricones de mierda» a quienes, con otra orientación sexual, desfilaban en una cabalgata de Reyes de Vallecas, desfile aún pagado por todos de modo ilegal, contra nuestra Constitución. Los católicos debieran haber sido los primeros en denunciar y manifestarse masivamente contra esta identificación Estado-Iglesia, que aún nos queda de los musulmanes. El jesuita Raúl Plus escribió en Francia un libro titulado Católicos ¿somos cristianos? Aquí no hay ni que preguntarlo, porque la respuesta, -«por sus hechos los conoceréis»-, es evidente.

José María Grandas Menéndez. Málaga