Málaga, por su situación geográfica y la propia idiosincrasia, se desarrolla y evoluciona como un auténtico crisol de culturas que interaccionan entre sí para crear impronta. Nuestra ciudad ya ha dejado claro que, en su multiplicidad de festivales, premios y actos conmemorativos, valora y promociona las artes, sean del tipo que sean. La Málaga cultural atrae mundialmente, seduce, tiene valor reconocido. Y no sólo por el patrimonio propio, sino también por el continuo ir y venir de las grandes personalidades que hacen acto de presencia en esta tierra y cuya estancia es de obligada mención. Sin ir más lejos, Málaga recibe y se honra esta semana con la visita del gran hispanista italiano Emilio Coco, traductor, editor y gran poeta. La encomienda de la Orden Civil de Alfonso X, el Sabio, ha sido únicamente uno de los últimos y múltiples galardones que a lo largo de su trayectoria profesional ha recibido este genio de las letras, experto en el teatro de Azorín, y cuya labor de divulgación de la poesía contemporánea española y latinoamericana en Italia y viceversa ha sido más que loable. El motivo de la visita de Emilio Coco a nuestra ciudad tiene por objeto amparar con su presencia el acto de entrega de los premios Gerald Brenan de relatos. Un prestigioso galardón literario al alza que en su catorceava edición ha acaparado más de dos mil quinientos manuscritos llegados de todas partes del mundo. Este índice creciente de participación en el certamen no es ni más ni menos que reflejo y manifestación obvia de lo que desde sus inicios ha venido siendo una meritoria gestión por parte del Ayuntamiento de Alhaurín el Grande. Así pues, Emilio Coco, reconocido hispanista y eminente poeta, entregará el próximo viernes el citado galardón que otorga el referido consistorio, reconocimiento que cuenta con la solvencia de un jurado conformado por el poeta Manuel Salinas, que lo acompaña desde sus inicios, y este año, además, por los profesores Juan Antonio Díaz y Belén Molina, de las universidades de Granada y Málaga, respectivamente. Sería del todo injusto no mencionar el apoyo, el amparo y el sostén que a dicho premio aporta la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Alhaurín el Grande, con Víctor Romero a su cabeza, así como la propia Fundación Gerald Brenan. El acto de entrega también se beneficiará de la presencia de la profesora catalana Sara Pujol Russell, una poeta cuya obra, de gran calado internacional e incuestionable hondura contemplativa, ha sido traducida al italiano por el propio Emilio Coco y que suma otro aliciente más a la ceremonia de los premios. En esta convocatoria, el galardón le ha sido concedido al jienense Fernando Martínez López por su obra Le llevan flores. Un relato que sigue la tradición iniciada por Eduardo Mendoza en torno al anarquismo y la revolución industrial catalana con La verdad sobre el caso Savolta y que, en concreto, bebe de las fuentes de Antonio Soler y sus Apóstoles y asesinos, novela que recoge la figura de el noi del sucre y que, a su vez, asume el relato del premiado. Al acto se sumará Miguel Torres López de Uralde, ganador de la pasada convocatoria, y a quien se le hará entrega de la edición impresa de su relato que lleva por título Llanto en la noche, un homenaje al jazz. Ya lo saben, todo este elenco, esta valía creativa y profesional, comparece y acontece en nuestra tierra. Está pasando. Es de justicia que el prestigio de los asistentes y la calidad del certamen Gerald Brenan sean reconocidos no sólo por los afines al género, sino también por la ciudadanía, los poderes públicos y los medios de comunicación. Recuerden que esta buena tierra, su provincia y sus costas han acogido, ya sea por filiación natural o adoptiva, las huellas intergeneracionales de poetas de la talla de Vicente Aleixandre, José Antonio Muñoz Rojas, Alfonso Canales o María Victoria Atencia. No olvidemos que la Poesía ha sido, es y será patrimonio histórico de nuestra ciudad y viceversa. Y es que, en definitiva y parafraseando la célebre frase inscrita en el granadino Carmen de los Mártires, ya no sabe uno si Málaga está hecha para la Poesía o la Poesía está hecha para Málaga.